El conductor de un autobús parisino vacío el vehículo para facilitar el acceso a una personas discapacitada que iba en silla de ruedas.
Según indica el rotativo Le Point, el autobusero se indignó porque nadie hacía hueco al discapacitado, afectado por esclerosis múltiple. Ante esto, obligó a descender a todos los pasajeros, un gesto que ha sido muy comentado en Francia.
El conductor gritó: «¡Final de trayecto!¡Todo el mundo abajo!», castigando a los usuarios del autobús por su parsimonia y falta de solidaridad.
El hombre en silla de ruedas, llamado François, señaló que «nos dijo que todo el mundo podía necesitar una silla de ruedas algún día, que ningún miembro de su familia es discapacitado, pero que solo quería demostrar un poco de civismo».
El conductor, firme en sus convicciones, se negó a que los pasajeros pudieran subir de nuevo al vehículo, por lo que tuvieron que esperar al siguiente autobús.