Un sacerdote polaco quemó el pasado domingo en público y tras la misa una pila de libros de Harry Potter y de la saga Crepúsculo, entre otros objetos, por ser «mágicos» y después se ha disculpado.
«El hecho de quemar libros y otros objetos fue desafortunado», ha reconocido el sacerdote Rafal Jarosiewicz, después de la oleada de críticas que despertó la quema de libros.
Los ciudadanos se enteraron de los hechos por una fotografía difundida por la Fundación católica 'SMS del Cielo' de la que forma parte el sacerdote polaco, a través de su cuenta de Facebook.
Jarosiewicz ha asegurado en la misma página de la red social que no pretendía «burlarse de ningún grupo social o religión» y que el acto tampoco iba dirigido «contra los libros como tal o contra la cultura».
El sacerdote se disculpa asimismo de la difusión de las fotografías que demostraban la quema de los libros de J.K Rowling, en las que se podía observar al sacerdote y a dos monaguillos junto a la pila de libros.