La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) ha asegurado, ante el fallecimiento de una niña de 5 años en un colegio de Palma tras la comida, que las intolerancias y las alergias alimentarias son diferentes y que una intolerancia no puede causar una anafilaxia y, por tanto, tampoco la muerte.
Las intolerancias alimentarias, como la de la lactosa o el gluten, surgen debido a alteraciones metabólicas que impiden que el intestino absorba determinados tipos de nutrientes, lo que puede provocar diarrea o dolores tipo cólico. Por su parte, las alergias alimentarias se deben a alteraciones del sistema inmunológico que reacciona ante alimentos con síntomas que van desde los digestivos a los respiratorios y cutáneos, pudiendo llegar a ser más grave y provocar una anafilaxia, con dificultad para respirar, mareo o incluso pérdida de conciencia, que puede poner en peligro la vida del paciente de no ser atendida de forma precoz.
«Las intolerancias alimentarias se confunden a menudo con las alergias alimentarias porque las medidas a seguir son las mismas: evitar el alimento. Pero hay que tener claro que las consecuencias de tomarlo son diferentes. De hecho, los intolerantes pueden comer pequeñas cantidades del alimento sin ver comprometida su vida. Los síntomas de las intolerancias son de tipo digestivo y no alérgico y la ingesta del alimento puede provocar daño crónico en el intestino, pero nunca una anafilaxia», ha dicho el coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Alimentaria de la SEICAP, Luis Echeverría.
Tanto si se trata de una alergia alimentaria como de una intolerancia, «es preciso que el centro educativo esté informado del diagnóstico y las medidas a seguir en cuanto a su alimentación, así como de las consecuencias que pueden tener lugar en caso de ingesta accidental.
Por ello, desde SEICAP se insiste en la importancia de que los centros educativos tengan protocolos de prevención y actuación frente a situaciones de emergencia. «Es fundamental que los colegios o escuelas infantiles estén preparados para este tipo de urgencias de tal manera que se permita un diagnóstico temprano de la anafilaxia y, por tanto, un uso precoz de la adrenalina que permite salvar vidas», ha avisado la presidenta de SEICAP y coordinadora del programa 'Alerta Escolar' en Baleares, Mercedes Escarrer.
Finalmente, la doctora ha destacado la necesidad de que la sociedad también tenga información acerca de lo que son las alergias alimentarias, pues sabemos que están en aumento y no es difícil tener a alguien en nuestro entorno con esta patología. «Así, aquellos lugares donde se sirve comida deberían concienciarse y estar preparados para situaciones de este tipo, incluso disponer de autoinyectores de adrenalina y saber usarlos en caso de necesidad pues, insisto, su uso rápido y precoz salva vidas», ha zanjado Escarrer.