Una nueva investigación ha demostrado que el cerebro puede actualizar o 'editar' recuerdos mal formados con la información incorrecta y generar recuerdos falsos, según publican sus autores en la revista 'Current Biology'.
Se trata de una de las primeras descripciones exhaustivas de las memorias mal formadas y puede ofrecer un marco para explorar diferentes enfoques terapéuticos para el miedo, la memoria y los trastornos de ansiedad. También puede tener implicaciones para la exactitud del testimonio de algunos testigos.
El autor principal, el profesor Bryce Vissel, del Centro de Neurociencia y Medicina Regenerativa de la Universidad Tecnológica de Sydney, en Australia, explica que su equipo usó técnicas novedosas de comportamiento, moleculares y computacionales para investigar recuerdos que no han sido bien formados y cómo el cerebro los maneja.
«Para que los recuerdos sean útiles, deben estar bien formados durante un evento, es decir, deben reflejar con precisión lo que realmente sucedió», relata.
«Sin embargo, en el mundo real es probable que muchos recuerdos sean inexactos, especialmente en situaciones donde la experiencia fue breve, repentina o muy emocional, como a menudo puede ocurrir durante un trauma --continúa--. Los recuerdos inexactos también pueden ocurrir cuando la memoria está mal codificada, potencialmente como como resultado de diferencias sutiles en la forma en que cada persona procesa la memoria o debido a enfermedades como el Alzheimer o la demencia».
El autor principal, el doctor Raphael Zinn, destaca que estos hallazgos «son emocionantes porque muestran que los mecanismos de actualización de memoria que se activan después del recuerdo pueden refinar y mejorar los recuerdos. Sorprendentemente, descubrimos que el mismo proceso puede, en algunas circunstancias, conducir a una actualización incorrecta de la memoria --añade--. También identificamos un mecanismo molecular, llamado reconsolidación, que podría estar mediando este proceso».
«Esto sugiere que podríamos enfocarnos en tales mecanismos de actualización terapéuticamente para tratar los trastornos de la memoria y la ansiedad donde la formación de la memoria es pobre», prosigue.
Este estudio de 6 años de duración muestra que el mismo mecanismo que actualiza los malos recuerdos también puede distorsionarlos severamente si ocurre en una situación incorrecta.
El profesor Vissel asegura que estos hallazgos podrían ser útiles para comprender la falibilidad de la memoria en la vida cotidiana, trastornos de miedo y memoria, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y situaciones donde el retiro preciso es crítico, como el testimonio de testigos en los tribunales.
«Si bien estos hallazgos provienen de estudios en ratones, es probable que esta investigación se aplique a muchos animales con cerebros desarrollados, incluidos otros mamíferos y humanos --precisa--. También podrían relacionarse con demencias, donde el principal problema relacionado con la memoria es una aparente incapacidad para formarse nuevos recuerdos precisos».
«¿Por qué la memoria es falible? Nuestro estudio sugiere que cuando un individuo forma una memoria pobre, el cerebro reactiva la memoria en una situación similar y luego la actualiza. A veces, una memoria mal formada puede reactivarse erróneamente en una situación similar, pero irrelevante --explica--. Luego, el cerebro puede actualizar la memoria de esa situación irrelevante, haciendo que la memoria se vuelva incorrecta, en lugar de crear una memoria nueva y completamente diferente de la nueva situación».