En su pequeño terreno a las afueras de Pòrtol, Paquita Ramis, a sus 48 años de edad, es más feliz que una perdiz. Durante la semana instala su puesto de verduras y frutas en el mercado de s'Arenal, y al finalizar la jornada cuida de sus animales, una ‘familia' integrada por 15 cabras, 10 patos, 30 ocas, 40 gallinas, seis parejas de palomos, tres gatos, cinco chivos y tres perros. No tiene hijos, pero sí sobrinos, que la visitan –al igual que algunos vecinos– para poder contemplar su peculiar ‘Arca de Noé'.
Desde muy pequeña a Paquita siempre le gustó tener animales. «Aquí estoy en plena naturaleza y muy feliz con mis animales. Unos, comprados; otros, regalados, y cada vez hay más nacidos aquí», comenta mientras llama a Blue, su perro más especial. «En su carnet de identidad pone Evelyn by by, pero yo le llamo Blue. Me lo regaló el fotógrafo Fernando Torres y siempre va conmigo, me acompaña a todas partes, incluso cuando estamos en el mercado y me voy al baño».
Destaca que las cualidades de Blue son un tanto especiales. «No es un perro como cualquier otro. Me ayuda a buscar los nidos de las gallinas, ha amamantado a cachorros, encuentra a los patitos cuando se escapan de la cesta y busca los huevos que ponen las gallinas», confiesa Paquita.
Pero en su paraíso animal también destacan lo cariñosas que son las cabras o cómo las ocas y las gallinas aparecen nada más prepararles el pienso para comer. Corita es una pequeña cabra que también le acompaña en sus labores por el campo, pero resalta la cabra Rotgeta, que va a cumplir cuatro años y «me ayuda a empujar la sierra de calar». Efectivamente, nada más poner en marcha la serradora, Rotgeta aparece y pone su frente pegada al mango de la sierra de calar para empujar con fuerza y facilitar el trabajo de cortar madera. Recordando, Paquita confiesa que «durante 11 años tuve un cerdo y me protegía más que un perro».
Un perro que pone la mesa
Pero si todo ello les parece increíble, Paquita tiene un vecino, Jesús Comas, natural de Santa Maria y que desde pequeño vive en Pòrtol, que tiene dos perros: Pamela y Mora. «Pamela es un ca de bestiar que me ayuda a poner la mesa para comer», comenta Jesús, mientras le manda al perro coger un plato y ponerlo donde piensa merendar. «Entiende todo lo que digo. A mis animales les hablo como a personas, con normalidad».
Jesús es otro hombre de campo. En su terreno tiene «muchas gaviotas, gallinas, palomas, cabras.... de todo».