El sudafricano Fredie Blom, considerado uno de los hombres más viejos del mundo, murió hoy a los 116 años de edad en un hospital de Ciudad del Cabo, en el suroeste de Sudáfrica.
«Murió esta mañana por causas naturales. Creemos que fue por su edad y no sospechamos nada que tenga que ver con la COVID-19», confirmó al diario «TimesLive» el funcionario Gadija Francis, de la provincia del Cabo Occidental, donde está la citada ciudad.
«Este es un momento muy triste para todos (...). Le dije esta mañana a Ouma (la esposa de Blom) que él está ahora en buenas manos. Debemos agradecer a Dios la vida que ha vivido», añadió Francis.
Andre Naidoo, amigo de la familia, afirmó que el longevo anciano «todavía estaba cortando leña hace unas dos semanas».
«Su cuerpo no pudo soportarlo más. Vimos su estado en declive. Estaba en el hospital y tenía un dolor muy grande en el estómago», explicó Naidoo, citado por medios locales.
«Oupa», como era conocido popularmente el difunto, vivía desde hace más de treinta años con su esposa en Deft, un barrio marginal de Ciudad del Cabo.
Nacido en 1904 en la provincia del Cabo Oriental (este), Blom sobrevivió a la mal llamada «gripe española» de 1918, que afectó a un tercio de la humanidad y mató a entre 50 y 100 millones de personas; a dos guerras mundiales y al sistema segregacionista del «apartheid» que sometió a la mayoría negra en Sudáfrica (1948-1990).
«Oupa» era muy querido en su comunidad, que le consideraba un héroe. «Le encantaba el fuego y el tabaco. Cuando lo visitábamos, siempre tenía una sonrisa en su rostro», recordó Francis.