Los comportamientos animales no dejan de sorprendernos. Últimamente ha cobrado relevancia en las redes sociales la historia de unas abejas de la ciudad francesa de Ribeauville, donde en los últimos tiempos la miel tenía un color extraño, verdoso o de un vivo azul.
Los apicultores, intrigados y preocupados por saber qué le sucedía a sus colmenas, tiraron del hilo. Al parecer descubrieron que sus abejas se habían malacostumbrado alimentariamente, y en lugar de alimentarse del nectar de las flores de los campos habían encontrado una sustancia 'mejor'.
Al parecer las colmenas se encontraban no muy lejos de una fábrica alimentaria donde se producían M&M. Cerca de las instalaciones de la fábrica debía haber contenedores donde se acumulaban restos de colorante y de chocolate, que pasaron a conformar la dieta principal de las abejas.
Obviamente, cuando estas producían miel aparecía con las más diversas tonalidades. A pesar de que sus dueños afirmaron que el sabor era el mismo que el de una miel elaborada a la usanza 'tradicional' la partida coloreada no pudo ponerse a la venta.
La situación se solventó cuando la empresa retiró sus contenedores del alcance de los insectos.