La bajada de las aguas del embalse de Almendra sobre el río Tormes ha hecho emerger de nuevo los restos del cementerio de Argusino, un pueblo zamorano que hace 54 años desapareció al quedar anegado por las aguas del pantano y no reconstruirse en ningún otro lugar.
La asociación Argusino Vive, en lucha para que la memoria de la localidad perdure en el tiempo y defiende que el embalse lleve el nombre de ese pueblo desaparecido, ha informado este domingo de que se han vuelto a ver los restos del pueblo como ya ocurriera con las bajadas del nivel del pantano en los años 2017 y 2019.
Ha recordado que hace 54 años los habitantes de Argusino tuvieron que poner "tierra de por medio y preparar la maleta para un viaje sin retorno".
Ahora, los vestigios de una vida pasada vuelven a emerger cuando la cota del embalse se sitúa en niveles inusualmente bajos para esta época del año, con un 41,1% de agua embalsada.
De esta forma, la presa ha vuelto a dar "un pequeño descanso a un municipio condenado a descansar sobre la mansa agua embalsada del Tormes".
Más allá de las cortinas y del camino de acceso al pueblo, el símbolo más importante que aún se mantiene mínimamente en pie es el camposanto, que ha emergido y eso supone una oportunidad para que los argusinejos visiten y rememoren una vida que quedó enterrada "bajo una capa de hormigón", ha indicado la asociación en referencia a la presa.
Este domingo, casi un mes después del Día de los Santos, el cementerio de Argusino ha regresado a la vida y los restos de las paredes del que en su día fue camposanto han vuelto a recomponerse con las cruces marcadas por los propios descendientes para indicar el lugar en el que descansan sus parientes.
Una estampa que esta jornada dominical coronan las flores que algunos vecinos de la comarca zamorana de Sayago ya se han acercado a depositar en el antiguo cementerio.