La edición número 36 de los Goya podría haber sido la del reconocimiento a las mujeres cineastas pero, a pesar de las medidas de discriminación positiva, parece claro que aún falta mucho para la paridad: solo nueve de las 43 películas españolas que pueden aspirar a premio este 2022 han sido dirigidas por mujeres. La cifra suma nominaciones a todo tipo de premios, formatos y géneros: cinco directoras entre los veinte largometrajes candidatos -«Maixabel», «Ama», «Libertad», «Chavalas» y «Álbum de posguerra»-; una entre los nueve cortometrajes (documentales y de ficción) -«Totem loba»-; otra, entre los cuatro cortos de animación -«Proceso de selección»-, y una más en los largos de animación -«Valentina»-. Se trata de un dato constante, que habla de la presencia femenina en un porcentaje del 20 al 25% respecto a las cintas dirigidas por hombres.
En 2020, fueron 31 filmes los que optaron a algún premio y de ellos, solo ocho llevaban la firma de una mujer, y el año pasado fueron 36 las películas con opción a premio, pero el número de mujeres nominadas siguió siendo ocho. «Creemos que ya está todo hecho, pero queda mucho camino por hacer», afirma a Efe Carla Pereira, única mujer nominada al Goya al mejor corto de animación 2022 por «Proceso de selección». Las nominaciones, afortunadamente, no llegan a esos extremos, pero salvo las opciones a Maquillaje y Peluquería, donde todas las cintas tienen mujeres en los equipos de dirección, o Guion, Música original y Vestuario, que se reparten dos a dos las opciones, la proporción más repetida es uno a cuatro. Hay también dos categorías donde no hay ninguna mujer: Dirección artística y efectos especiales. Es decir, salvo mejor película, donde hay dos cintas dirigidas por mujeres de cinco posibles ganadores, y el 'fifty-fifty' de nominados a dirección novel, en la mayor parte de las categorías hay una mujer frente a tres hombres. En opinión de la presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), Cristina Andreu, es pronto para ver los resultados de esas medidas de refuerzo al cine femenino, aunque «al final darán sus frutos, lo que pasa es que es un trabajo a largo plazo», asegura en declaraciones a Efe.
«El problema sigue siendo la brecha -explica-. Según nuestro último informe, hay una diferencia de un millón de euros (entre los presupuestos de cintas con un hombre o una mujer como realizadora). Y una película sin presupuesto, sin promoción, no parte en igualdad ante unos premios, lo que necesitamos es hacer películas caras», apunta. «Sí que se hacen películas -defiende-, pero mientras no manejemos los mismos presupuestos, es imposible. Nosotras queremos jugar en la liga grande. Ya sabemos que podemos hacer películas buenas, pero queremos hacerlas con presupuestos altos, si no es muy difícil estar en igualdad en los Goya, pues estaremos en nominaciones residuales». La animación continúa siendo el género más masculinizado, como reflejan no solo las estadísticas de producción recogidas por CIMA , sino por el hecho de que solo haya dos cintas nominadas -el largometraje «Valentina», de Chelo Loureiro, y el mencionado corto de Carla Pereira-, con firma de mujer. «El mal endémico del cine es la ausencia de mujeres», afirma Pereira. «Creemos que ya está todo hecho, pero queda mucho camino por hacer», apunta esta joven entusiasta, que sigue dando a sus alumnas puntos de apoyo para que confíen en el futuro. Pereira forma parte del reducido grupo de mujeres realizadoras nominadas a los Goya en una edición en la que también están otras cuatro directoras, pero por películas no españolas: la peruana Melina León y la argentina Paula Hernández en la categoría de mejor filme iberoamericano y la alemana Maria Schrader y la británica Emerald Fennell, en el apartado europeo.