La popular periodista María Teresa Campos, fallecida el 5 de septiembre a los 82 años, ha recibido este lunes el adiós de cientos de personas en Málaga, ciudad donde ya están depositadas sus cenizas y que ha demostrado el amor por la que -en sus comienzos en la radio- era conocida en esta tierra como 'Mari Tere'. Su hija Terelu ha intervenido al final del funeral y ha destacado de su madre que «nadie vuelve al lugar del que nunca se fue», por su estrecho vínculo con un lugar que, pese a no haber nacido en él, sí fue donde se crió, dio sus primeros pasos en la comunicación y de donde saltaría a Madrid para convertirse en un icono de la televisión.
Ha resaltado que en Málaga cuando empezaba salía con su magnetófono para que los malagueños cuestionaran a las «autoridades incompetentes», que presentó el programa 'Mujeres 72' de lucha por la igualdad y que su valor «le costó que Fuerza Nueva le quemara el coche». Ella fue elegida por los partidos democráticos para leer un manifiesto tras el intento de golpe de Estado en España, según ha recordado Terelu, que ha explicado que cuando marchó a Madrid, tras haber ganado un primer premio Ondas, le llamaban 'Cojonudita de Málaga'.
Una de sus nietas la ha recordado como «un ejemplo» y también como «una maestra en vida y cómplice en las dificultades» y «una abuela cariñosa y moderna», con gran sentido del humor, y que les deja «el listón grande» y rotos de «dolor». Terelu llegó junto a su hermana, Carmen Borrego, y otros familiares como la nieta Alejandra.
El sacerdote que ha oficiado la misa, José Sánchez Herrera, ha explicado que Mari Tere se educó en un colegio de la Institución Teresiana y ahí y en su familia habría aprendido «el amor a la verdad y la defensa de la Justicia y los débiles». Ha destacado que ella «tuvo un examen victorioso en todos los retos de su vida».
En la ceremonia celebrada en la Parroquia de San Pablo han interpretado piezas musicales Juan Peña, conocido como 'el cantante de las estrellas'; la malagueña Diana Navarro -que cantó el Padrenuestro captado por una nube de teléfonos móviles- y el tenor Luis Pacetti. Una gran fotografía de Mari Tere, malagueña de corazón, ha ocupado el altar durante el funeral, al que han acudido diversas autoridades como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y varios de sus consejeros, o el alcalde malagueño, Francisco de la Torre.
Al finalizar la misa un centro de rosas amarillas ha sido depositado por la familia en la capilla de Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad, imágenes a las que se rinden culto en el templo y de la que era devota la locutora y presentadora. Los ciudadanos han destacado a EFE que se merecía que los malagueños la homenajearan; Valle, compañera de estudios de ella en la Facultad de Filosofía y Letras de Málaga, ha recordado su carácter reivindicativo y Antonia cuando la conoció en la radio al ir a cantar en un concurso musical.
El templo, con capacidad para unas 300 personas sentadas, se llenó rápido y de golpe en cuanto se abrieron las puertas para el público y la familia y las autoridades fueron recibidas con aplausos de los asistentes. Al finalizar todo, otro ramo de rosas amarillas que acompañaba a la foto de Teresa Campos desaparecía flor a flor conforme algunos presentes las retiraban a modo de recuerdo de una despedida, en la que un equipo de televisión ha captado imágenes para un documental en zonas reservadas con permiso de la seguridad particular.
Las cenizas de María Teresa Campos descansan desde este lunes junto a su madre y un hermano en un columbario de la Hermandad de la Paloma, una de las más cofradías más conocidas de la Semana Santa de Málaga.