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Paz Padilla: «Me reconforta darle sentido a mi dolor»

‘La divulgadora del duelo’ impartirá una ponencia este sábado en el ciclo Despertar Emociones de Trui Teatre

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Paz Padilla desembarca en Palma como ponente de Despertar Emociones, un foro matinal que este sábado, desde las 09.30, convertirá Trui Teatre en una suerte de laboratorio emocional, donde el público practicará el difícil arte de mirarse por dentro sin perder el sentido del humor. Le acompañarán la psicóloga Patricia Ramírez y el coach emocional Pedro García Aguado. La actriz, presentadora y ‘divulgadora del duelo’ llega con esa mezcla suya de ligereza y profundidad, de desparpajo y filosofía intuitiva, capaz de conjugar una carcajada con una reflexión que te orbita la mente todo el día. Antes de subir al escenario, hablamos con ella para explorar qué mueve a una mujer que ha hecho del humor un salvavidas, y de la vulnerabilidad una forma de sabiduría.

Ha demostrado que el humor puede ser un puente hacia la emoción más profunda. ¿Dónde empieza para usted esa frontera?
—Pues mira, creo que la alegría, la tristeza, la rabia y el asco son emociones necesarias. Y todas son adaptativas. Tenemos que aprender a navegar por todas las emociones, yo aprendí de mi madre que llorar es necesario y sana.

Su discurso sobre el duelo ha conectado con miles de personas, ¿qué aprendió de la fragilidad humana que no esperaba aprender?
—Que aquí venimos a dos cosas: amar y perdonar. Y cuando lo entiendes te encuentras en plenitud y calma contigo mismo, y eso es la felicidad.

¿De qué forma el escenario se convierte en un espacio terapéutico, no solo para el público sino también para usted?
—Lo hace en el momento en el que yo entiendo que la gente y yo empatizamos. Ellos saben que lo que digo lo he vivido y sufrido, y si yo he conseguido salir tú también puedes. El público ve en mí la esperanza y me reconforta darle sentido a mi dolor.

Suele decir que ‘la vida es un ratito’, ¿qué parte de ese ratito estamos gestionando especialmente mal?
—Pues creo que el confundirnos. Lo hacemos mucho. Hay gente que vive en el conflicto, ahí se sienten cómodos y no entienden que hay otra forma de ver la vida.

¿Qué le diría la Paz humorista a la Paz que habla de vulnerabilidad… y viceversa?
—Hablo mucho con la Paz humorista, las dos Paz están muy cercanas. Me es muy fácil decirme que estoy en el buen camino. El humor es una herramienta muy poderosa. Lo importante es conocer tu cuerpo, mente y emociones y qué es lo que produce el duelo.

¿Cómo se prepara alguien para hablar del dolor sin que el dolor hable por él?
—Es muy difícil. Al perder a su hijo, un psiquiatra catalán, autor de varios libros sobre el duelo, dijo que ninguno le servía de nada. Una cosa es lo aprendido y otra lo vivido.

¿De qué hay que desprenderse antes para vivir con más ligereza?
—Lo primero que hay que hacer es no quedarse anclado en ninguna ‘habitación’. A veces hay ’habitaciones’ a las que solo hay que asomarse por la rendija, porque si entras te puedes quedar atrapado. El ser humano tiende a quedarse atrapado en sus miserias.

Hoy se habla mucho de ‘gestión emocional’, ¿cree que hemos convertido la autoayuda en un producto rápido?
—Hay mucha gente que ha hecho negocio con esto. Conozco a muchos coach que hablan de autoayuda y pienso al escuharlos ‘querido, en tus palabras no hay verdad’. Sin verdad el mensaje no llega.

¿Cómo trabaja la coherencia entre lo que predica en sus charlas y lo que practica en su vida privada?
—Bueno, cada vez que entras en un duelo sales distinta. La Paz que empezó con 25 años en la tele no tiene nada que ver con la de hoy.

¿Qué pregunta se suele hacer cuando la vida le obliga a volver a empezar?
—He aprendido que esto irá sucediendo cada cierto tiempo.
Y, ¿cómo me preparo?: fortaleciendo todo lo aprendido.

¿Ha descubierto alguna verdad incómoda sobre si misma al convertir el duelo en un discurso público?
—Creo que hablar de ello me ayuda, y eso es importante. Pero lo más importante es que ayuda a la gente.

¿Qué emoción, de todas las que trabaja, es la más rebelde y la que menos se deja domesticar?
—La rabia. Es necesaria pero tenemos que saber gestionarla. La rabia, lo dicen los budistas, es ‘darle veneno al enemigo y esperar a que haga efecto’.

Si mañana tuviera que reinventarse completamente, ¿qué parte de su identidad sería irrenunciable y cuál soltaría sin mirar atrás?
— No me importaría abandonar el mundo de la popularidad. Y si tuviera que reinventarme pasaría más tiempo en la naturaleza, conmigo misma y con mi familia. Haría que la vida fuera más lenta, que es lo contrario que hacemos de jóvenes.

1 comentario

Pepe Pepe | Hace 25 días

todo lo que no sea trabajar...

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