La compañía DJI y el fotógrafo de naturaleza Florian Ledoux se unen en un viaje por el corazón del Ártico para captar desde las alturas la belleza de este remoto lugar, con especial interés en su fauna, con los osos polares como protagonistas, y en el impacto del cambio climático, concienciando a través de las imágenes de la frágil situación de este ecosistema.
Mediante el vídeo documental 'Polar Obsession', que se ha estrenado este miércoles en YouTube, Florian Ledoux muestra su compromiso por contar la historia del Ártico a través de los ojos de su habitante más emblemático, el oso polar, concienciar sobre su difícil situación y abogar por la conservación de su hábitat en rápida evolución.
Florian y su equipo están dispuestos a pasar una media de 20 horas diarias observando a los osos polares en su hábitat natural y este nivel de inmersión le permite presenciar y documentar momentos íntimos de la vida de los osos polares, desde la caza y la alimentación hasta las tiernas interacciones entre madres y crías.
Para el fotógrafo, estas largas vigilias, a menudo silenciosas, no son sólo un testimonio de su dedicación, sino una oportunidad profundamente satisfactoria de conectar con la naturaleza y compartir sus historias con el mundo. Y aquí la tecnología y, en concreto, el uso de los drones juega un papel fundamental, ya que permite ver más cerca a los animales salvajes sin molestarlos.
Estas cámaras de alto vuelo se han convertido en sus ojos en el cielo, proporcionando vistas impresionantes que antes eran imposibles de captar. «A través de su objetivo, hemos sobrevolado paisajes helados y asistido a momentos íntimos de la vida de los osos polares sin inmiscuirnos en su comportamiento natural», explica el fotógrafo.
Para ello ha resultado clave el uso de las funciones de zoom del DJI Mavic 3 Pro Cine. Esta tecnología garantiza el poder mantener una distancia respetuosa, reduciendo el estrés y los cambios de comportamiento en la vida salvaje. «Los drones cambian las reglas del juego y ayudan a observar y documentar el comportamiento de la fauna salvaje, revelando a los animales en su entorno y en el contexto de un hábitat y un paisaje más amplios de una forma que nunca antes había sido posible», añade Florian.
Para los investigadores, los drones abren nuevas posibilidades de estudiar la fauna salvaje en grandes áreas, aportando información valiosa para la conservación y manteniendo al mismo tiempo nuestra fauna a salvo y sin perturbaciones.
Florian asegura que no es el verdadero artista detrás de las impresionantes imágenes que captura, sino «un mensajero del verdadero artista: la propia naturaleza». Sus observaciones, desde el deshielo hasta la adaptabilidad de la vida salvaje, sirven para recordar los efectos del cambio climático. «Si la gente puede conectar de verdad con la belleza de la naturaleza se sentirá movida a actuar para protegerla», concluye.