El interes por el té matcha está viéndose incrementado debido a su reciente auge en las cafeterías de toda la Isla. Un color verde intenso caracteriza este té de origen chino, pero producción japonesa. Este tono es solo posible gracias a una minuciosa, extensa y delicada técnica de producción. De heco, un buen matcha se identifica siempre por un color vibrante de acuedo con el barista Felipe Vessena: «La intensidad es sinónimo de calidad». El lugar de producción también es importante. Siendo Uji, en Kyoto, y Yame, en Fukuokalas, las prefecturas de mayor calidad.
Su proceso de elaboración es uno de los más complicados según explica la experta en tés Miglena Vinmitrova: «La planta de la Camelia Sinensis pasa veinte días a la sombra». La famosa planta del té es sombreada durante las tres semanas previas a su recolección. Este proceso permite potenciar el dulzor de la L-tenanina. A su vez, el sombreado aumenta los niveles de cafeína y clorofila.
Después del cultivo, se seleccionan las hojas más tiernas y verdes de cada planta. Estas son trituradas manualmente y posteriormente tamizadas para obtener un fino polvo de color verde brillante.
El matcha es el único té en polvo que existe en todo el mundo. Precisamente esta condición facilita la ingesta de todas las vitaminas y antioxidantes de sus brotes. Ya que, lo que ingerimos al tomar esta bebida es la propia hoja de la planta Camelia Sinensis.
Su sabor sigue siendo objeto de especulación. Según la también propietaria de Mallorca Tea House, Miglena, el sabor recuerda a la espinaca.