Maria Frontera fue elegida presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca a mediados de enero. Quedaba así cerrada la crisis iniciada con la inesperada dimisión de la anterior presidenta ejecutiva, Inma Benito, y no resuelta durante el mandato interino de Gabriel Llobera. Frontera aceptó el reto de liderar la Federación con alegría y responsabilidad.
¿Qué balance hace de sus primeros meses de gestión?
Lo primero es significar el orgullo que supone representar al sector hotelero. Es una labor muy exigente, pero lo estoy difrutando. Hemos cambiado la dinámica de trabajo.
¿En qué sentido?
Ahora somos más cercanos, tanto a nivel interno como externo. Hemos tenido que realizar toda una seria de cambios porque los asociados querían que la Federación funcionase de forma diferente, querían participar más. El hecho de que tanto María José Aguiló, la vicepresidenta ejecutiva, como yo misma viniéramos de asociaciones en las que había bastante interlocución con los afiliados, ha facilitado que hayamos podido trasladar esta forma de funcionar a la Federación. Estamos cerca de todos los asociados.
Fue la única candidata.
En la Federación, debido a la repentina salida de nuestra ex presidenta, lo primero que se decidió es retornar al modelo de gestión anterior. Es decir, con un hotelero en la presidencia y una vicepresidencia profesional ejecutiva.
¿Fue un error?
Hemos de estar dispuestos a cambiar cuando se adoptan decisiones con un resultado que no es del agrado de la mayoría.
Entiendo que se está refiriendo a Inmaculada Benito.
No. No hablo de personas. Hablo de modelo. Durante toda la vida habíamos tenido presidencia empresarial y vicepresidencia ejecutiva, hasta el último año y medio. No todos los empresarios estaban de acuerdo con este modelo, pero se decidió por mayoría. Después, se decidió recuperar el modelo anterior. En la asamblea de la Federación trabajamos para conseguir un candidato. Había muchos empresarios que podían realizar este trabajo, pero finalmente decidí presentarme.
¿Se siente vigilada?
¿Por quién?
Por los grandes hoteleros.
Me siento vigilada por pequeños, medianos y grandes. Y también siento el apoyo de todos.
Entonces, ¿manda usted de verdad?
Yo no adopto las decisiones sola. Es evidente. Existe una junta directiva y la asamblea. Y, además, la Asociación de Cadenas.
Entiendo que no tiene usted compromisos ni ataduras.
No, pero sí hago consultas a todos, tanto si son grandes, pequeños o medianos. Cuando he ido a ver a las asociaciones, nosotros siempre hemos sido contundentes en el sentido de que representamos a todos, con independencia de su tamaño. No soy solo la presidenta de los más pequeños. Los asociados han de saber que la junta directiva representa a todos.
¿Ha sido fácil la transición, el traspaso de poderes?
El hecho de que Gabriel Llobera fuera el presidente durante cuatro meses ha facilitado la transición. Hicimos visitas a las diferentes asociaciones para conocer de primera mano su opinión, qué reclamaciones tenían…
¿Qué objetivos tiene para su mandato?
El primer objetivo, evidentemente, es defender los intereses del sector. Pretendemos comunicar mejor todo lo que el sector hotelero aporta a la sociedad. Hasta ahora, no lo hemos sabido trasladar a los ciudadanos de una forma eficiente. Parece que a la sociedad mallorquina le cuesta sentirse cercana al hotelero. Los empresarios hoteleros, como en todos los sectores, adoptamos decisiones equivocadas, pero procuramos rectificar. En los últimos años hemos reposicionado gran parte de los establecimientos. Es cierto que alrededor del 40% no ha hecho aún la gran reforma, pero son mayoría los que han modernizado y actualizado sus hoteles. Ahora, el crecimiento ha de ser cualitativo, no cuantitativo. Hemos de intentar contagiar a todos los actores que forman la cadena del sector turístico para que reposicionen sus productos.
Entiendo que los hoteleros se sienten maltratados.
Creo que no hemos sabido transmitir el valor de lo que retornamos los hoteleros a la sociedad.
La realidad es que los hoteleros tienen mala fama.
Quizás es por que no se entendió en su momento las inversiones que se realizaron en el extranjero. Aquí, la idea es que todos nos hemos de beneficiar del turismo, no solo los hoteleros.
¿Y por eso firmaron el convenio de hostelería con un incremento del 17%?
Hemos de dar al convenio el valor que realmente tiene, que es mucho.
¿Fue una equivocación?
No, ya sabíamos que habría un incremento importante.
Personalmente, ¿era usted favorable?
No. Siempre habíamos hablado de una subida de dos dígitos, sin llegar a concretar. Es cierto que hubo empresarios que pensaron que el 17% era excesivo. Las dos últimas temporadas han sido buenas, pero no podemos saber cómo nos irá en el futuro. Hay empresas que tienen una mayor respaldo financiero y no tendrán ningún problema, pero hay otros que lo pueden pasar mal. Ahora ya está firmado y, evidentemente, vamos a cumplirlo.
La apuesta es tener más personal indefinido y a jornada completa.
Vamos en esta dirección.
¿Qué piensa usted de la modificación de la Ley de Turismo aprobada por el Govern?
La primera consecuencia ha sido la paralización casi completa de los proyectos de reforma y modernización de hoteles.
¿Soluciones?
Necesitamos una herramienta que incentive y facilite la tramitación de los proyectos de modernización de los establecimientos hoteleros para que todo el mundo pueda continuar invirtiendo. Además, debería ser una herramienta sin fecha de caducidad.
¿Tienen solución los problemas de masificación de la isla?
Se ha de mejorar en la planificación y gestión de infraestructuras. Las administraciones públicas no han hecho los deberes. La incomodidad de los atascos no es un problema de la llegada de turistas en verano. De hecho, también hay atascos cuando hay menos turistas. La inmensa mayoría de nuestros visitantes están acostumbrados a utilizar el sistema público de transportes en su país, pero en Mallorca es muy deficiente. Ha de impulsarse el transporte público con decisión.
Pero parece evidente que la presencia de cruceristas sí que masifica el centro de Palma.
Creo que se ha creado la idea de que los cruceros colapsan Palma, pero no siempre es así. Hemos de lograr que no vengan todos el mismo día. Se ha de trabajar en esta línea.
¿Está satisfecha de los cambios en la normativa sobre el alquiler vacacional?
El planteamiento de la Federación siempre ha sido muy claro. Nos oponemos al alquiler vacacional en edificios plurifamiliares y en suelo rústico.
Pues debe estar satisfecha con el planteamiento del Ajuntament de Palma.
Desde la Federación pensamos que la decisión de no legalizar el alquiler vacacional en plurifamiliares es meditada y coherente.
En otros municipios, en cambio, sí se permitirá el alquiler vacacional en plurifamiliares.
Sí. Las decisiones que se están adoptando ahora determinarán el modelo del futuro y el tipo de turistas que llegarán a nuestras islas. Entiendo que las decisiones de los ayuntamientos no son fáciles, pero han de ser valientes.
Pero sabe usted que no hay ya ni una sola fuerza política que defienda la prohibición generalizada del alquiler vacacional en viviendas plurifamiliares.
Nuestro posicionamiento está bien argumentado. Tenemos claro cual es el mejor modelo turístico para las Islas. Creemos que el mejor camino para conseguir un turismo más sostenible y de calidad es el nuestro. Creo que hay un profundo desconocimiento de las consecuencias que puede comportar el turismo en plurifamiliares. Los ayuntamientos han de tener muy claras las consecuencias. Nosotros somos coherentes.
¿Cómo valora que se haya doblado el precio del impuesto turístico? ¿Puede tener consecuencias negativas a corto plazo?
No compartimos la duplicación de la cuantía del impuesto. Se ha hecho de manera irreflexiva, sin medir las consecuencia y no obedece a ninguna necesidad real, lo que viene refrendado por la falta de gestión de lo ya recaudado. Además, ya se están notando los efectos de su aplicación en sectores como los del comercio y la restauración, tal como han manifestado estos días la Asociación de Restauración y Afedeco.