El primer semestre de 2022 ha sido muy malo para las bolsas de todo el mundo y ninguna de las más relevantes ha conseguido cerrar en números verdes. Además, en algunos casos, las pérdidas han sido muy fuertes superando el 20% y acercándose al 30%.
El mes de junio, que ha servido para cerrar la primera mitad del año, no ha ayudado y ha acentuado las pérdidas en unas bolsas que han acabado el semestre muy cerca de sus mínimos anuales.
En Europa encontramos algunos índices que han mantenido el tipo con caídas inferiores al 10% en estos seis primeros meses del año. Curiosamente, son índices que en los últimos años habían sido los «patitos feos»: el FTSE británico, que tan penalizado estaba con su Brexit, ha cerrado con números rojos más que decentes, puesto que solo ha perdido un 2,90%; y el IBEX, que por una pérdida extraordinaria en junio no ha podido mantener los números verdes que atesoraba a cierre de mayo y ha acabado cediendo un 7,10%.
En el selectivo español, los bancos (culpables durante años de la mala evolución del índice) lo están favoreciendo en 2022: han liderado la clasificación del IBEX con Caixabank (+44,15%), Bankinter y Sabadell (+33,51% para ambos). Entre ellos se ha colocado la petrolera Repsol (+38,36%). Sin embargo, los dos grandes bancos, BBVA y Santander, han perdido un 13,74% y un 6,88%, respectivamente.
Precisamente la evolución de la banca y de la petrolera pueden servir para marcar el futuro: todas han sufrido en las últimas semanas debido al posible escenario de recesión económica. Si se alcanzara esta situación económica, los valores cíclicos pueden sufrir mucho tras un impás en el que han sido los ganadores.
En el resto de Europa, con más tecnología, industria y automoción que en España, las pérdidas sí han superado, con creces, los dos dígitos: CAC francés, DAX alemán y MIB italiano han perdido cado uno de ellos un 17,20%; 19,50% y 22,10%.
Peor ha ido al otro lado del Atlántico: mientras el Dow Jones y el S&P se han dejado en solo seis meses un 15,30% y un 20,60%, el índice tecnológico Nasdaq se ha acercado al 30% de depreciación (29,50%). Sin duda, el efecto histórico de las subidas de tipos ha afectado de forma indiscriminada a este índice.
En América tampoco se ha podido salvar el Bovespa brasileño, que ha tenido una mala racha en las últimas semanas para cerrar el semestre perdiendo un 5,99%.
Por último, las bolsas asiáticas han tenido un comportamiento muy poco homogéneo: mientras las chinas, tanto la local como las que cotizan en Hong Kong han cerrado forma moderada (-4,60% y -6,90% respectivamente), el Kospi coreano ha perdido un 21,70%. Entre ambos niveles ha cerrado el Nikkei japonés (-8,30%) y el Sensex indio (-9%).
Muchos análisis habrá que hacer para el segundo semestre, pero el cierre del primero ha mostrado un cierto cambio de ritmo: igual que se ha visto en Repsol y en algunos bancos, las materias primas también se han girado y los máximos de petróleo, gas natural, trigo, níquel u oro están muy lejos del nivel de cierre, con lo que la segunda parte del año puede ser muy diferente a la primera. Sin duda los resultados empresariales que se empezarán a conocer en breve darán muchas pistas sobre el futuro de las bolsas en la segunda mitad de 2022.