Hace escasamente un par de semanas la Cooperativa Insular Ganadera (Coinga) anunciaba el cierre de la planta envasadora de Menorca Llet en Alaior, una noticia de impacto para el sector agroalimentario de la isla que dejaba una gran incógnita sobre los millones de litros de leche que cada año se exportan a la Península (once millones en el pasado 2021) en un agravamiento de la crisis que atraviesan las fincas ganaderas desde hace años. Santiago Tadeo, gerente de la Cooperativa Insular Ganadera (Coinga), habla del futuro del sector agroalimentario.
La pregunta obligada es clara, ¿qué pasará ahora con todos estos millones de litros de leche que se dejarán de envasar?
Nuestro objetivo es destinar toda esta leche a la elaboración de productos que nos generen una mayor rentabilidad. Hace tiempo que se nos reclamaba un cambio de estrategia en este sentido con el objetivo de repercutir este margen en las fincas y en los payeses. El sector de leche líquida siempre había dejado muy poco beneficio.
¿Cómo se llega a esta situación?
Veníamos de una situación delicada que se ha ido agravando por el incremento de los costes. En las reuniones mantenidas desde agosto de 2021 con el sector lechero de Menorca y otras industrias además del Govern balear y el Consell Insular, se pedía que se incrementase el precio que se pagaba por la leche a los payeses. En aquel momento se habló de un incremento de dos céntimos, pero es que en un año, Coinga ha incrementado 12 céntimos, al margen de las ayudas públicas.
¿Y entonces?
Pues todo este incremento que parecía suficiente quedó diluido por el estallido del conflicto con Ucrania y la inflación que disparó todavía más los costes cuando parecía que habíamos conseguido estabilizar una situación que ya venía mermada por la pandemia. El descenso de la producción de leche en las fincas ha sido cada vez más pronunciado y seguramente ya se recoja menos este año. No podíamos mirar hacia otro lado.
¿Cuándo tomaron la decisión?
En el Consejo Rector del pasado mes de noviembre, presenté una proyección de lo que podía acabar pasando con el descenso de la producción de leche y fue el momento de tomar la decisión de llevar a cabo una serie de inversiones para aumentar la capacidad productiva de nuestra fábrica, abandonando progresivamente el envasado de leche UHT (ultrapasteurizada).
¿Qué decisiones implicó?
Destinamos 600.000 euros a la mejora de los procesos productivos con la digitalización de todos los procesos de producción así como de renovación de la maquinaria para poder pasar a producir más toneladas de queso Mahón-Menorca. Perseguimos poder hacer un producto más homogéneo desde el punto de vista organoléptico, de calidad y visual, que es lo que el cliente demanda.
¿Cuál era el objetivo?
Incrementar el potencial de producción, porque en estos momentos tenemos más demanda de lo que podemos ofrecer. El consumo de queso a nivel mundial está creciendo, China se ha incorporado como consumidor. Desde enero las ventas están funcionando muy bien y verano es muy bueno para la venta porque el visitante de Balears adquiere mucho queso.
¿Se puede decir que de algún modo, la avería precipitó la operación de cierre de la envasadora?
En parte sí, pero la decisión ya estaba tomada porque como te dije, los pasos se empezaron a hacer en noviembre. La primera semana de julio fue la última semana que enviamos leche a envasar. Desde entonces, toda la leche la hemos destinado a producción de queso Mahón-Menorca, leche fresca y kéfir, que son nuestros productos estrella. Comercialmente también debemos cambiar las dinámicas y enfocarnos a un perfil de cliente de exportación y de volumen.
¿Es una nueva etapa para Coinga?
Sí que lo es, pero no es un tema de valentía, es lo que conviene al campo de Menorca. El propósito es seguir pagando bien la leche a los payeses, incrementar la producción lechera para que dejen de cerrar fincas y evitar que la Menorca que hemos conocido, se pierda. Para hacerlo necesitamos que salgan de la isla productos con un valor añadido. No hay más.