El año 2022 fue malo para el sector tecnológico, el de más presencia en las bolsas americanas. En esta sección se analizó en varias ocasiones que no tenía mucho sentido el castigo a algunas empresas por la subida de tipos de interés y de inflación. Se explicaba que las principales empresas, las big tech o las compañías con muy poca deuda, mucha generación de caja, con resultados consistentes, rentables y con poder de fijación de precios, dicho de otra forma, son empresas a las que esta coyuntura les podría ir bien.
Aun así, el pánico inversor contagió a todas de forma indiscriminada. Sin embargo, ahora que el pánico se ha suavizado pero que el miedo continúa, sí se está seleccionando mucho en las subidas.
Como no podía ser de otra forma estas grandes tecnológicas lideran las rentabilidades de 2023 de las bolsas americanas (y mundiales en muchos casos). Y los índices van detrás, precisamente por el peso de éstas: entre Apple, Microsoft, Amazon, Tesla, Alphabet y NVDIA ponderan un 21% del S&P 500; más exagerado es el peso que tienen en el Nasdaq, concretamente el 46% del selectivo.
Por lo tanto, es fácil apreciar cómo el 32% que sube el Nasdaq o el 11,50% de subida del S&P 500 no son del todo reales, sino que buena parte es debido a la fuerte subida de las grandes tecnológicas. Por lo tanto, pueden quedar grandes oportunidades en el mercado americano.
El ejemplo más claro es el mundo de las pequeñas empresas: el índice americano de referencia en este aspecto es el Russell 2000, índice con mucha menos tecnología (pesa solo un 5,86%), más diversificado (los sectores con más peso son el financiero y el industrial con un 26% y un 14% respectivamente) y con una revalorización nula este año, tras haber caído un destacable 14,50% el año pasado.
Una de las causas por las que este índice se ha quedado atrás es la problemática de la banca, principalmente pequeña, tras las liquidaciones de Sillicon Valley Bank y First Republican Bank, problemas que parecen haberse diluido tras los rescates a estas entidades y la demostración de solvencia del sistema en general.
Otra de las causas es el peso que tiene en inmobiliario (más del 10%): la subida de tipos ha provocado un desplome en el sector (que en Europa es incipiente), sin embargo, parece que el techo de tipos está cercano o ya se ha llegado y el tipo de interés hipotecario a 30 años (la referencia más importante) ha caído mucho desde máximos, con lo que se también se podría tener en cuenta.
Desde luego tenemos otros sectores atractivos con empresas muy importantes a tener en cuenta: la salud todavía resintiéndose de la covid y que, como sector defensivo, podría servir de refugio en épocas de recesión económica; la energía castigada por los bajos precios del petróleo (en este caso, el criterio ASG y concretamente el ambiental deben tener peso en las decisiones) y, por supuesto, la gran banca americana ajena a los problemas de los bancos pequeños. Todos estos sectores se han quedado atrás en una engañosa subida de los índices americanos.