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Hacienda Na Xamena, el paraíso de Sant Miquel

Es una propiedad de más de 150 hectáreas al borde del mar con 1,5 kilómetros de costa en una zona muy protegida del norte de Eivissa. | Xavier FERRAND

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Rodeado de un bosque de pinos y sabinas en el pueblo de Sant Miquel de Balansat, sobre un escarpado acantilado y con unas increíbles vistas al mar Mediterráneo, el hotel Hacienda Na Xamena es el sueño hecho realidad de Alvar Lipszyc y su familia. «El hotel nació de la visión que tenía en la mente mi padre, Daniel Lipszyc, de este proyecto. Él era arquitecto y un enamorado de la isla de Eivissa desde el año 1954. Descubrimos el terreno de Na Xamena en los años 60, lo compré y creé la urbanización a la cual tenía que traer la electricidad desde la ciudad de Eivissa. Finalmente, conseguimos construir 100 adosados y 20 casas privadas», explica Lipszyc.

En el año 1970 «para dar más vida a la urbanización, ya que estaba muy aislada, construimos el sueño de mi padre como arquitecto». Según explica este empresario, no se trataba de un hotel sino de una hacienda, «integrada totalmente en el acantilado con cuatro pisos y 56 habitaciones. Un proyecto totalmente integrado en el monte donde realizamos también una depuradora privada, sin obligación medioambiental en el tiempo en el que se hizo. Para mi padre era imprescindible minimizar, desde hace ya más de 50 años, el impacto medioambiental de todas las construcciones».

CINCO ESTRELLAS. La construcción de este majestuoso y tranquilo establecimiento hotelero empezó en el año 1969 y su inauguración se realizó en el año 1971 con cuatro estrellas, 56 habitaciones y 50 empleados. En los años 80, según relata Lipszyc, hicieron reformas y se amplió el espacio, por lo que pasó a tener 77 habitaciones y subió de categoría, convirtiéndose en el primer hotel de cinco estrellas de la isla de Eivissa. Actualmente, este establecimiento tiene 77 habitaciones y 150 empleados.

«Hacienda Na Xamena fue el único hotel de cinco estrellas de Eivissa durante 20 años, algo difícil de conseguir en aquella época porque el sector turístico no estaba tan desarrollado, pero con mucho trabajo fidelizamos a nuestros clientes. En el 2000 aparecieron más hoteles de cinco estrellas en la isla, creando un nuevo mercado de calidad», apunta y añade que han sido pioneros «en la implantación de la calidad turística en nuestra isla. A día de hoy tenemos la responsabilidad de transmitir un turismo de sostenibilidad máxima, un turismo de futuro».

El Hotel Hacienda Na Xamena es el sueño hecho realidad de Alvar Lipszyc y su familia.

Pero, ¿qué diferencia Hacienda Na Xamena del resto de oferta de cinco estrellas de Eivissa? «Nos diferenciamos de nuestro entorno preservado y único, sin vecinos, que nos permite crear una estancia fuera de la vida ajetreada y tremenda, creando así una experiencia muy personalizada, sostenible y que permita a nuestro cliente hospedado vivir momentos mágicos que querrá repetir». Y es que Hacienda Na Xamena «es mucho más que un hotel, es un destino, es una propiedad única de más de 150 hectáreas al borde del mar con 1,5 kilómetros de costa en una zona muy protegida a día de hoy». De hecho, el nombre del establecimiento viene precisamente del lugar escogido para construirlo, «que antiguamente se llamaba ‘Es pla de Na Xamena'. De esta manera, para transmitir el estilo del hotel, que era más grande que una casa y se aproximaba más a lo que podía ser un hotel, decidimos llamarla Hacienda», precisa Lipszyc quien afirma tener junto a su mujer y sus hijos la responsabilidad de seguir con la misión de su padre, que era «compartir una zona única con los ibicencos y los turistas, no solamente respetando el lugar sino también embelleciéndolo. Mi mujer, mis hijos y yo tenemos la responsabilidad de seguir con esa misión y el trabajo de mi padre y mi madre y de gestionar, aún más concienciados, las actividades y el respeto por el medioambiente que nos permita esta propiedad de ensueño».

LOS CLIENTES. El Hotel Hacienda Na Xamena recibe clientes de todo el mundo y cuenta con un alto porcentaje de repetición. En este sentido, el propietario del hotel recuerda que actualmente hay más de una veintena de hoteles de cinco estrellas en Eivissa, por lo que la isla «tiene un mercado y un sector bien establecido y trabajado. En Hacienda Na Xamena, después del coronavirus, hemos comprobado que los clientes valoran más el lujo, la calidad del servicio y el contacto directo con la naturaleza», precisan. Así, los clientes de Na Xamena tienen una media de 34 años, «un margen excepcionalmente joven para ser un cliente de cinco estrellas que valora las actividades de la mañana» y muchos de ellos repiten. En concreto, el 60% repite su estancia «año tras año porque quiere volver a vivir la experiencia exclusiva de armonía que se vive en Na Xamena». Para ello, es fundamental el equipo de trabajo, que «transmite cada año el cariño, el lujo de la ‘no masificación' y valora por encima de todo el gran paraíso que envuelve esta Hacienda. Un paraje que descubrimos en 1954 cuando pusimos por primera vez un pie en esta isla y hasta el año 1964 que Eivissa era un paraíso y buscamos que esa esencia esté siempre presente», señala el propietario.

Para transmitir la importancia de preservar el entorno han implementado el proyecto 'Vida antigua de Ibiza', una experiencia en la que el visitante puede sumergirse en la profunda naturaleza de esta finca, descubrir su huerto de producto local, así como «la fuerza que los ibicencos tuvieron con su trabajo en contacto directo con la naturaleza durante más de 2.000 años, aislados completamente a causa de la posición geográfica. Tenían un estilo de vida muy equilibrado porque estaban estrechamente relacionados con la naturaleza, sin ningún tipo de influencia negativa sobre ella». Alvar Lipszyc presenció y comprobó cómo es esa manera de vivir «entre 1954 y 1964, durante todas mis vacaciones de cada año en la isla. Esto nos sirvió a mi familia y a mí para inspirarnos y absorber esta forma de vivir. A día de hoy estoy convencido de que podemos retomar estos valores antiguos y recuperar el valor esencial de esta isla, tan necesario para tener un futuro inmediato sano». Tal y como él mismo señala, su principal objetivo «es y será transformar nuestras acciones y actividades turísticas para que sean más sostenibles».

Las piscinas sobre el acantilado ofrecen unas vistas increíbles y una gran sensación de tranquilidad.

SOSTENIBILIDAD. Hacienda Na Xamena se ha comprometido «en los próximos cinco años a transformar nuestro proyecto turístico». Y es que, tal y como explica Lipszyc, los empresarios «como nosotros tenemos la responsabilidad de actuar más rápido que las leyes en movimiento. Nuestro objetivo es llegar a ser una empresa totalmente autónoma en cuanto a energía, gestión y transformación de residuos, produciendo así un impacto positivo sobre el medio ambiente». En este sentido, hace dos años que están trabajando en este proyecto de sostenibilidad y transformación. «A día de hoy hemos reducido un 30% el consumo de gas gracias a la instalación de 80 paneles híbridos que calientan el agua y, por lo tanto, hemos reducido un 15% nuestro consumo de electricidad». Con el objetivo de «acelerar los resultados de este proyecto» han decidido implicar a colaboradores y empleados, clientes y proveedores. En el primer caso, los empleados y colaboradores actúan y participan durante sus horas laborales en una de las tres actividades medioambientales que organizan de forma semanal.

En el caso de los clientes, se les proporciona información en todo momento de «nuestra manera de trabajar y de nuestro consumo ‘ecoresponsable'. Además, todos los huéspedes pueden participar gratuitamente en todas las actividades semanales con las que contamos y con esta iniciativa pueden valorar la estancia en nuestra casa y compensar la huella de carbono que han usado para llegar a nuestra isla». En cuanto a los proveedores, «cada vez conocen más nuestro proyecto y nos ofrecen productos de calidad de kilómetro cero».

Para que esta transformación «pueda tomar buen ritmo» es necesaria la «implicación directa de las administraciones públicas y de las asociaciones locales. No queremos conseguir subvenciones, pero sí que las entidades públicas se impliquen directamente en todos los proyectos medioambientales de las empresas y en agilizar los permisos necesarios. Además es importante que las administraciones usen todos estos proyectos como ejemplo, así como que promocionen la isla como actor dinámico de la transformación del modelo turístico del futuro». Y es que Lipszyc tiene claro que si se rema juntos «podemos transformar Eivissa en los próximos cinco años en una de las islas del Mediterráneo más ecoresponsable, una idea que va totalmente acorde con nuestro entorno maravilloso y, por fin, poder retomar el sentido común de nuestros abuelos y ubicar Eivissa en el mejor momento turístico como destino».

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