Meta vuelve a apostar fuerte por el hardware y esta vez lo hace con una idea que puede cambiar las reglas del juego. Se trata de un smartwatch diseñado para integrarse a la perfección con sus gafas inteligentes Ray‑Ban. No sería un reloj más para contar pasos o mirar notificaciones, sino una extensión natural de las gafas.
El gran reto de las smart glasses siempre ha sido el mismo, cómo mostrar información útil sin que las monturas se conviertan en un armatoste. Meta parece haber encontrado el equilibrio. En lugar de meter pantallas diminutas en las lentes, el reloj actuaría como interfaz visual. Así, las fotos y vídeos que captures con las gafas aparecerán en tu muñeca, las notificaciones se gestionarán desde ahí y podrás incluso hacer videollamadas usando la cámara del smartwatch junto al micrófono y altavoces integrados de las Ray‑Ban.
La jugada tiene sentido, vivimos pegados a las pantallas, el consumo de vídeo en redes sociales no deja de crecer y la combinación de gafas con cámara y un reloj que haga de «centro de control» abre posibilidades muy atractivas. Desde retransmitir en directo hasta utilizar inteligencia artificial para interpretar lo que ves en tiempo real, la integración puede convertir a estas gafas en un gadget mucho más completo y funcional. En cuanto al precio, se rumorea que rondará entre los 1000-1400 dólares, muy por encima de los 300–380 dólares que cuestan las actuales.
Con este movimiento, Meta no solo refuerza el atractivo de sus gafas, sino que avanza en la creación de su propio ecosistema de dispositivos, unas Ray‑Ban que no necesitan pantalla porque tienen un reloj que las complementa. Este combo podría marcar el inicio de una nueva generación de wearables. ¿Será éste un gran salto que transformará nuestra forma de conectar o un avance que, por coste y adaptación, no veremos generalizado tan pronto?