Este es el título de un artículo que escribí hace 9 años y es evidente que han pasado muchas cosas desde entonces, por lo que es de justicia hacer un repaso. Lo primero es decir que mantengo el titular pero agrego que SÍ que hay Comunidades Autónomas y Localidades en dónde se puede ser autónomo, en dónde se dan esas condiciones tan necesarias como son, las ayudas al empezar a emprender (cuota 0) simplificación de la administración, formaciones para emprendedores, creación de Oficinas de atención al autónomos (Oficina del Autónomo de PalmaActiva) Foros de Asociaciones del sector (Foro del Trabajo Autónomo de Palma) bajadas de impuestos etc.
Y esto no es una soflama, simplemente constato una realidad, en esta Comunidad Autónoma y en esta Ciudad de Palma, sube la afiliación de autónomos y no es una casualidad, creo honestamente que es por el reflejo de lo comentado anteriormente y por ese clima propicio para emprender, que significa la complicidad y trabajo conjunto de la Administración y la Empresa privada. Pero está el reverso de la moneda, porque todo este trabajo que se hace en nuestra Comunidad Autónoma, queda en parte diluido por situaciones a las que el Estado no da solución, una jubilación digna para nuestros autónomos o que la presión fiscal se rebaje y se tengan en cuenta otros criterios como la creación de puestos de trabajo, innovación, economía circular o la responsabilidad social corporativa, que parecen al día de hoy no tienen ninguna recompensa por parte del Estado.
El Estado sigue sin entender lo que realmente aporta un Autónomo al conjunto del País, se le valora sólo por una cotización que en otros países es inexistente y tampoco se valora todo lo que genera a su alrededor. Parece que no le interesa dar ese papel protagonista a un colectivo que por su idiosincrasia es muy independiente y «nunca le ha interesado vivir del Estado» sino simplemente que «no le pongan más palos en las ruedas». El autónomo históricamente en este país representaba una buena parte de la clase media, que es aquella que sostiene el bienestar del País, pero desde hace unos años, ha sido expulsada literalmente de muchas ayudas, porque si el autónomo factura poco y malvive al igual puede conseguir una ayuda, pero si le van un poco bien las cosas, se le cierran las puertas y recalco «le van un poco bien las cosas» no que se lo esté llevando crudo.
No es de recibo abandonar una clase media en un supuesto de ayudar a la clase baja que lo necesita más, hay que apoyar a ambas porque si no lo que producimos es el efecto de llevar a la clase media a la baja y no lo contrario. También es verdad que ya toca alentar al Autónomo para que crezca y no sea tan vulnerable a los vaivenes, el crecer ya no es un tema de querer facturar o ganar más es pura supervivencia. Al igual que la expansión, tiene que ser una prioridad en las nuevas empresas y para todo ello, la tenencia y logro de conseguir un sólido valor añadido será la piedra angular de cualquier proyecto empresarial. El Autónomo es un pilar de la sociedad, no una fuente de ingresos como se le trata desde el Estado, así lo han entendido ya muchas Comunidades Autónomas, al igual un día lo entiende este Gobierno. En economía hay que ser más serio, aunque duela.