Los consellers del Govern se han plantado ante el conseller d'Hisenda, José Vicente Marí, y se niegan a hacer más ajustes y recortes a fin de año.
Fruto de esta 'rebelión' es la ampliación de las partidas de educación y sanidad que se han realizado en las dos últimas reuniones del Consell de Govern. La Conselleria d'Educació recibió 15 millones de euros para pagar nóminas y la de Salut logró 19 para gasto corriente.
Estas dos aportaciones se suman a otras hechas hasta ahora que en total suman unos 75 millones de euros. La consecuencia es que el Govern no cumplirá el objetivo de déficit marcado por el Ministerio de Hacienda: el 1 por ciento del PIB.
El Presupuesto quedó definitivamente cerrado el pasado 24 de noviembre y, desde entonces, Hisenda ha tomado medidas para tratar de contener el déficit en la medida de los posibles. Sin embargo, se ha encontrado con las resistencias de los consellers, que se niegan a aprobar nuevos ajustes a cinco meses de las elecciones.
Desde las consellerias con más nivel de gasto, Educació, Salut y Benestar Social básicamente, ya se le ha comunicado a Hisenda que no pueden asumir más recortes si deben seguir prestando el servicio.
En esta tesitura, la decisión que ha tomado el Govern es dejar a un lado el cumplimiento del déficit y mantener el mismo nivel de gasto. El dato de déficit definitivo no se conocerá hasta el mes de marzo del año que viene, justo antes de las elecciones. Los ajustes que deben hacerse los tendrá que asumir el nuevo Ejecutivo que salga de las urnas.