Mohammad Harrak, el presunto yihadista detenido este martes en Son Gotleu, declaró este jueves por videoconferencia ante la jueza de instrucción, Carmen Lamela.
Este exárbitro de baloncesto, cocinero, jugador de airsoft y narcotraficante iba a declarar ante la Audiencia Nacional en una sala de la planta baja del inmueble, pero por problemas técnicos con la videoconferencia subió a la biblioteca, en el primer piso, pasadas las diez y media para responder a las preguntas de las partes personadas. Una decena de agentes custodiaron el lugar durante el tiempo que se prolongó el interrogatorio, cerca de dos horas. El edificio fue un fortín.
Harrak, marroquí de 26 años, abandonó la biblioteca, a la una menos veinticinco, con la cara cubierta por su capucha y regresó a los calabozos.
Allí permaneció hasta que la jueza Carmen Lamela lo envió al centro penitenciario de Palma acusado de haber participado en la preparación de un atentado terrorista en España. El letrado Pedro Casado atendió a los medios de comunicación minutos después de la comparecencia de su cliente y explicó que este reivindicó su inocencia. Harrak negó su vinculación con el Dáesh, afirmó que trabajaba como espía en el Cuerpo Nacional de Inteligencia (CNI) y que se hacía pasar por terrorista para sacar información.
Aislado
El joven ingresó en un departamento de máxima seguridad en la cárcel. Se encuentra aislado para evitar contactos con el resto de reclusos o cualquier agresión. Es el único presunto terrorista que habita en la prisión de Palma.