El Ministerio de Hacienda se quedó el año pasado con la herencia de 1.289 ciudadanos de Balears porque sus herederos legítimos no la aceptaron. Son datos del Consejo General de la Notaría que ponen de manifiesto que el fenómeno de la renuncia a las herencias es imparable: en los últimos diez años, ha crecido un 284 por ciento en las Islas.
¿Qué ha pasado para que los 335 herencias rechazadas en Balears en 2007 se conviertan en 1.289 diez años más tarde? La crisis tiene mucho que ver con el hecho de que la gente no quiera heredar. Los herederos no solo obtienen viviendas, dinero o bienes patrimoniales de todo tipo; cuando se recibe una herencia, también se heredan las deudas, incluidas las hipotecarias. Por tanto, si se acepta una herencia, quien lo haga se queda con la vivienda, pero también con lo que quede de préstamo hipotecario. El problema está en que la caída de los valores inmobiliarios que se ha vivido en los últimos años ha provocado que el valor de la vivienda sea inferior al dinero que se debe al banco.