La Audiencia de Palma juzgará desde este lunes al expresidente del Govern Jaume Matas por las irregularidades en la contratación del arquitecto que diseñó el velódromo Palma Arena y de los que dirigieron las obras de construcción, presuntos delitos por los que se enfrenta a peticiones de pena que suman 4 años de cárcel.
En la vista, que está programada hasta el viernes en la sección primera de la Audiencia, también será juzgado el exdirector general de Deportes José Luis «Pepote» Ballester por los mismos presuntos delitos: fraude a la administración y prevaricación en concurso con falsedad.
La Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía de la Comunidad Autónoma de Baleares solicitan para Ballester condenas que suman 6 meses de prisión sustituibles por una multas por un total de 1.080 euros.
El pasado 10 de abril la Audiencia decidió unir en un único juicio la pieza 8 del caso Palma Arena, referida a la contratación del arquitecto Ralph Schürmann para el diseño de la infraestructura, y la pieza 9, relativa a la asignación al despacho de arquitectura GR1 de la dirección de la obra del velódromo.
La sección segunda de la Audiencia provincial, a la que se asignó la pieza 9 de la macrocausa del Palma Arena, se inhibió en favor de la primera, que ya tenía para la próxima semana el juicio por la pieza 8.
Las acusaciones de ambos casos, ejercidas por la Fiscalía y la Abogacía de la Comunidad Autónoma, se dirigen contra las mismas personas y los hechos delictivos son también similares, según resaltó la Audiencia cuando decidió unir los procesos. Esta decisión fue respaldada por las defensas de los acusados.
Además de las penas de cárcel e inhabilitación, Anticorrupción pide que Matas y Ballester sean condenados a pagar 855.944 euros de responsabilidad civil de forma conjunta por contratar al despacho GR1 (un 5 % Ballester y un 95 % Matas), y 16.326 euros por el contrato al arquitecto del velódromo (10 % el ex director general de Deportes y 90 % Matas).
Según la Fiscalía, Matas designó a la Fundación Illesport para que se ocupara de la construcción del Palma Arena y puso a Ballester al frente.
Ballester concertó la obra verbalmente con Schürmann en noviembre de 2004 y los arquitectos Luis y Jaime García Ruiz (GR1) recibieron el encargo de Matas de colaborar con dicho arquitecto, que ni siquiera estaba colegiado en España.
Se contrató a Schürmann por 9.466.216 euros sin expediente de contratación y omitiendo los principios de publicidad, concurrencia, igualdad y transparencia y sin justificar la supuesta exclusividad. El arquitecto presentó facturas por 2,3 millones y cobró 1.632.216 euros.
Este contrato se rescindió en 2005 y, de nuevo sin procedimiento previo de contratación, Matas y Ballester encargaron a GR1 que siguiese con la construcción del velódromo. Con el despacho de los García Ruiz se formalizó otro contrato por 8.559.446 euros.