La toxina botulínica es una proteína que ayuda a frenar los espasmos musculares que son causados por mensajes químicos que son enviados a los músculos desde los nervios. Estos mensajes le indican a los músculos que se contraigan, es decir que se tensen.
El bótox es un medicamento que contiene toxina botulínica tipo A, sustancia muy utilizada para el tratamiento facial.
El uso de la toxina botulínica tipo A como medicamento de uso estético se ha disparado en los dos últimos años en Balears, pasando de 1.887 unidades autorizadas en 2015 a 2.870 en 2016 y 3.360 en 2017, un 78 % más en dos años.
Según explican desde la Direcció General de Planificació, Avaluació i Farmàcia de la Conselleria de Salut, que es la encargada del control del suministro de la toxina botulínica tipo A, la prescripción y administración en la Comunitat Autònoma se tiene que hacer en centros sanitarios autorizados y tiene que haber una farmacia vinculada al centro.
A efectos de control de utilización de estos medicamentos en las Islas, los datos de dispensación que la toxina quedan incluidos en una base de datos.
El año pasado, se habían vinculado a ésta base de datos 21 nuevos establecimientos para la administración de la toxina. En la actualidad hay un total de 153 centros activos vinculados a un total de 66 oficinas de farmacia.
Los farmacéuticos responsables del suministro de este medicamento, transmite vía electrónica a la Direcció General de Planificació, Avaluació i Farmàcia, la relación mensual de las unidades de toxina botulínica dispensada.
Utilización
El doctor Javier Beut, experto en Medicina y Cirugía Estética, explica que el bótox «se está utilizando cada vez más, no sólo como tratamiento estético sino también para otros tratamientos terapéuticos como la incontinencia masculina, la cicatrización de las hernias, la migraña, la hiperdrosis (sudor excesivo) e incluso cuando una persona ha sufrido una parálisis facial».
El problema radica, según el experto en Medicina y Cirugía Estética, es que «con la aplicación de bótox hay mucho intrusismo profesional», caso de la aplicación en peluquerías y centros de estética, y en que debería estar mucho más controlado.
En cuanto a su uso estético, cada vez hay más hombres que utilizan bótox para intentar eliminar arrugas o líneas de expresión muy marcadas, relajando los músculos y manteniendo la expresión natural del paciente.