El PP balear ha recibido con alivio la marcha de José Ramón Bauzá. La dirección del partido cree que la presencia del senador en las filas del PP era un elemento distorsionador debido a sus constantes intentos de desestabilizar al actual presidente, Gabriel Company, ante la dirección de Pablo Casado y ante la propia militancia de las Islas.
La situación era tan insostenible que Company tuvo que pedir públicamente a Casado en su última visita a Palma, el pasado mes de diciembre, que no escuchara a quienes dentro del partido le acusaban de no defender España, entre otras acusaciones.
Desde que es senador, Bauzá ha intentado desacreditar a la dirección regional del partido en medios de comunicación nacionales y en mensajes directos al actual equipo de Pablo Casado. Sin embargo, el sonoro portazo del expresident, con críticas que desde Génova se consideran «injustificadas», ha sentado muy mal en la dirección nacional del partido, que acusa a Bauzá de desleal, a la par que niega haberle ofrecido cargo alguno en las listas, en contra de lo que este jueves afirmó el propio Bauzá a través de Twitter.
El malestar se acentuó, además, por el hecho de que Bauzá participó activamente en la Convención Nacional del pasado fin de semana sin que insinuara nada de sus inminentes intenciones.
El secretario general del partido, Teodoro García Egea, recibió una llamada de Bauzá el pasado miércoles apenas media hora antes de que el expresident anunciara públicamente que dejaba el partido. De hecho, la salida de Bauzá ha servido para reafirmar el liderazgo de Company en la dirección de Génova, que ha comprobado en persona la certeza de los lamentos de la dirección balear.
Mientras se especula acerca del futuro político del expresident, Vox envió este jueves un comunicado en el que niega que haya habido contactos con el exsenador y en el que dice que, si quiere afiliarse, tiene la puerta abierta como cualquier otro militante. La dirección de Vox en las Islas no cuenta con Bauzá como dirigente ni como candidato en ninguna de sus listas.
El expresident insistió este jueves, en declaraciones a diversos medios, que no busca hueco en otras formaciones políticas y que su intención es volver a ejercer de farmacéutico en Marratxí. Por el momento, el expresident tiene derecho a una compensación económica del Senado, que será de 2.891,29 euros durante los próximos cuatro meses.
El Senado paga lo que se conoce como indemnización de transición a todos los exsenadores. El pago es de un mes por cada uno de los años que han ocupado un cargo en el Senado. El tiempo máximo para percibir esta compensación es de dos años.