El endurecimiento del bloqueo económico por parte de Estados Unidos a Cuba desde principios de año, por decisión del presidente Donald Trump, ha provocado en los últimos meses un desabastecimiento de todo tipo de productos en los hoteles bajo gestión extranjera, entre ellos los de las cadenas mallorquinas.
La situación turística en este país ha dado un vuelco espectacular en el último año. En la pasada feria Fit-Cuba, que tuvo lugar a principios de mayo en La Habana, ya se puso de manifiesto este problema y el Gobierno cubano, que preside Miguel Díaz Canel, se ha visto obligado a tomar medidas por la escasez de alimentos.
Preocupación
Las empresas hoteleras mallorquinas, así como el resto de cadenas internacionales presentes en la isla, muestran su preocupación por la delicada situación económica que atraviesa Cuba y el impacto negativo que ello genera en el abastecimiento de productos en los hoteles de La Habana y en todos los complejos ubicados en los cayos y zonas vacacionales del país.
Gran Caribe, Cubanacan y Gaviota, las tres empresas cubanas bajo gestión militar con la que los hoteleros tienen firmados contratos de gestión y explotación, asumen esta compleja coyuntura y se ven impotentes para satisfacer la demanda de sus socios, ya que está en juego la imagen del destino.
La importadora Logística Hotelera del Caribe (LHC), participada por la empresa cubana AT Comercial y el grupo Iberostar, se ve impotente para solventar esta delicada situación. Fuentes de LHC indican que trabajan con todas las cadenas «proporcionando productos y optimizando lo que existe».
A esto hay que sumar que la decisión de Trump de cancelar todos los cruceros desde Estados Unidos a La Habana, ha hecho caer en picado la actividad económica en la capital cubana.
Gobierno cubano
El presidente cubano Miguel Díaz Canel ha reconocido la coyuntura especial económica por la que atraviesa el país. «Sabemos que estamos viviendo tiempos difíciles. Hemos tenido problemas de abastecimiento, de financiación y otras limitaciones producidas por las nuevas medidas de Estados Unidos, la persecución financiera y el recrudecimiento del bloqueo», afirma el presidente cubano.
Las cadenas hoteleras mallorquinas se han visto sorprendidas por esta dinámica, aunque reconocen que siempre han tenido problemas de abastecimiento «pero nunca como los niveles actuales».
A esto hay que sumar que la ocupación hotelera ha bajado y que ni las ofertas y descuentos, impensables hace un año, lograr mejorar las reservas en La Habana, Varadero, cayos y resto de enclaves turístico de la isla.
Las cadenas mallorquinas se mantienen a la expectativa y confían en que la situación cambie, aunque la previsión es que esta coyuntura dure hasta 2020.