En los últimos cinco años, el número de personas sin empleo ha bajado de forma considerable en las Balears y lo ha hecho de forma especial entre los parados de larga duración, es decir, aquellos que llevan más de un año sin trabajar y en busca de empleo. En noviembre de este año, último dato disponible, había la mitad de parados de larga duración que hace cinco años.
Así se desprende de los datos del Servei d'Ocupació de les Illes Balears (SOIB), según los cuales el ritmo de descenso de paro de larga duración es el doble que el total. En noviembre de 2014 en las Islas había 24.269 personas que llevaban más de un año en paro y representaban el 30 por ciento del total de desocupados. Cinco años después, hay 11.787 parados de larga duración y representan el 19 % del total.
Por contra, el peso de las personas desempleadas desde hace menos de tres meses es ahora la mayoritaria, al suponer casi el 63 % del total, mientras que su peso en el 2014 era de casi el 50 %. Esto se debe a que la mayoría de las personas que están apuntadas a las listas del SOIB a día de hoy han trabajado durante el verano, mientras que hace cinco años no era así debido a la crisis económica.
Desde el Govern, una de las prioridades del conseller Iago Negueruela al asumir Treball en la pasada legislatura fue impulsar políticas activas de empleo para fomentar la inserción laboral de los colectivos más desfavorecidos. Uno de estos es el de parados de larga duración. Y es que uno de los riesgos que corren estas personas es el de quedar excluidos del mercado laboral.
Programas
El director general de Model Econòmic i Ocupació, Llorenç Pou, explicó que en la pasada legislatura desde el SOIB se impulsaron diferentes programas específicos para el colectivo de parados de larga duración que «ha dado muy buenos resultados», como reflejan los datos. De ahí, que reivindicara este tipo de políticas, «que son eficientes y deben mantenerse».
Las tasas de inserción laboral de las personas que han participado en los diferentes programas para parados de larga duración son superiores al 50 %. Muchos de ellos son mayores de 45 años, indicó Pou, quien detalló que estos programas ofrecen formación a este colectivo, «lo que les abre una nueva oportunidad en el mercado laboral».
Muchas personas que perdieron su empleo durante la crisis y que no lograron uno nuevo hasta más de un año después se encontraron con la principal dificultad de que debían ‘reciclarse'. El mercado laboral requería de nuevos perfiles profesionales.