La COVID-19 ha afectado más a los niños de Baleares de hasta nueve años este verano que a los mayores de 80, o casi el mismo número si se incluye la franja de entre 70 a 79 años. «También se puede hacer la lectura al revés, puede ser que haya afectado mucho menos a los mayores porque estos últimos se han quedado en casa y claro, los niños han socializado más», justifica el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz.
Desde julio hasta el 10 de septiembre, según el último informe de Epidemiología, se han registrado 483 casos de COVID pediátricos. Sin embargo, «el 90 % de los niños que encuentras están relacionados con un adulto responsable que le ha transmitido la enfermedad», añade el pediatra Edelmiro Vergés, Coordinador Económico de la Sociedad de Pediatría Balear (SOPEBA).
Y es que «la mayor parte o tienen síntomas leves o son asintomáticos, ésta es la única ventaja que tenemos, además en muchas ocasiones la familia no los identifica como COVID», corrobora el doctor Arranz.
De ahí que el pediatra Edelmiro Vergés tenga claro su consejo tras la vuelta al colegio: «El niño tiene que ir con cuidado con el abuelo, no con sus compañeros. El miedo de las escuelas no son los menores sino el posible efecto entre los adultos que tiene alrededor».
Ambos expertos recuerdan que la enfermedad no suele presentar los mismos síntomas entre ambas franjas de edad. «El cuadro de dificultad respiratoria es más típico del adulto mientras que el niño suele presentar más diarrea y vómitos además de tos o el dolor de garganta», explica el doctor Vergés.
El doctor Arranz, que es también médico de familia, añade que «esto sucede igual con otras enfermedades. Los más pequeños, así como los más mayores, tienen presentaciones que no son las típicas y es un problema porque cuesta identificarlos. Por ejemplo en las residencias hay otros síntomas como el incremento de la desorientación y entre los niños la manifestación es más gastrointestinal, esto lo hemos visto. Por último están los cuadros abruptos, poco frecuentes y muy importantes, con síntomas inflamatorios, pero creo que no hemos tenido ninguno en menores de 10 años, aunque hemos visto a jóvenes en UCI».
Por debajo de estos 10 años la patología no se convierte en algo importante. De hecho el doctor Vergés añade que es entre los 10 y los 15 años cuando los niños pueden desarrollar una sintomatología más similar a la de un adulto. «Cuanto más te acercas a la adolescencia hay más riesgo, por eso a según qué edades se les hace ir al colegio de forma semipresencial», explica.
Colegios confinados
Respecto al regreso a las escuelas, una semana después de recibir a los primeros alumnos, el doctor Edelmiro Verges, hace una valoración muy positiva. «Espero que sigamos así», dice.
Sin embargo, considera una temeridad que los colegios ubicados en zonas aisladas por su alta incidencia de casos de COVID sigan dando clases presenciales. «Hicimos un confinamiento ejemplar y un desconfinamiento absurdo, el más desorganizado posible. Aprendamos de la experiencia», arguye. «No me cabe en la cabeza que ahora abran colegios en zonas como Madrid pero es que aquí los tenemos en los barrios que están aislados. Hay que ser coherentes si queremos ser efectivos», se queja.
El presidente del comité autonómico de enfermedades infecciosas recordó al respecto que en estos barrios no hay confinamiento estricto, la gente puede realizar una serie de actividades fuera de sus casas y una de ellas es acudir a la escuela.
Este viernes, de hecho, destacó que en el área sanitaria de Son Gotleu, donde llevan una semana con nuevas restricciones, los casos positivos detectados han pasado de 66 a 44 en una semana, mientras que la tasa de positividad de la zona ha caído del 13 al 10 por ciento.
La segunda ola de la pandemia se estabiliza en las Islas
«Seguramente con las medidas de restricción empezarán a bajar los casos y cuando se levanten las normas, tras un tiempo, volveremos a tener algún aumento. Probablemente las próximas olas vendrán de una forma similar a ésta, es difícil prever cuándo pero yo supongo que antes de finales de año». El doctor Javier Arranz dio ayer por estabilizada e incluso con una «leve tendencia a disminuir» la segunda ola de la pandemia en Baleares. Este viernes se notificaron 200 nuevos casos y 2.360 positivos activos. Son cifras que, aún siendo altas, llevan un tiempo estables. Lo mismo sucede con la hospitalización. En estos momentos hay 370 ingresos de los que 63 están en estado crítico en una UCI. Por otra parte se notificó un nuevo fallecimiento y la pandemia se ha cobrado ya 277 víctimas.
Las residencias, a peor
La situación entre los usuarios de las residencias empeora, ya que hay ocho contagios más que en el día anterior y suman un total de 256 casos activos. 115 de ellos están en hospital (la cifra sube en 21 pacientes). 13 de ellos son usuarios de la residencia Sèniors de Sant Joan donde todavía hay 47 positivos, mientras que otros 39 proceden de Bell Entorn de Sóller, donde se preveía ingresar a otras 12 personas que todavía no entran en el recuento oficial.