El cáncer de mama no avisa, pero podemos adelantarnos. Cada quince segundos se diagnostica un nuevo caso en el mundo. Aunque es el cáncer más frecuente entre las mujeres españolas, gracias a las innovaciones en el diagnóstico y en el tratamiento, actualmente más del 80 % de las pacientes sobreviven diez años después del diagnóstico.
Afortunadamente, este tipo de cáncer puede detectarse mucho antes de que aparezca ningún síntoma. De hecho, las posibilidades de curación, si se detecta en su etapa inicial, son casi del cien por cien. Por este motivo, uno de los factores más importantes para coger a tiempo esta enfermedad es la prevención.
Mantener la atención y hacerse autoexámenes regularmente ayuda a detectar a tiempo la enfermedad y actuar cuanto antes. La mamografía es la técnica utilizada más eficaz para detectar anomalías hasta dos años antes de que sean palpables. Y, además, es una prueba periódica que cubre la Seguridad Social. Sin embargo, también es importante seguir hábitos de vida saludables y hacerse autoexploraciones en casa de forma periódica.
La autoexploración mamaria es fundamental para detectar cualquier anomalía o cambio que se produzca en la los pechos de la mujer. Es especialmente importante de cara a la detección precoz de un posible cáncer de mama, aunque los bultos que se puedan detectar no tienen por qué ser malignos, como es el caso de los miomas. De cualquier manera, si se detecta una mínima alteración ya es motivo para pedir consulta con el ginecólogo.
¿Cada cuánto me tengo que hacer un autoexamen?
Es importante hacerse una autoexploración de manera periódica pero sin obsesionarse. Explorarse la zona mamaria y conocer nuestro cuerpo será esencial para poder notar cambios en caso de que así sea. Se recomienda hacerse un chequeo más detenidamente una vez al mes.
¿Cómo debo hacerlo?
Para realizar la autoexploración mamaria hay que colocarse ante un espejo. En primer lugar hay que dejar los brazos caídos y girar el tronco a uno y otro lado para observar si hay algún bulto en la piel o en los pezones. Si se observan zonas enrojecidas o una textura similar a la piel de naranja habrá que consultar con el médico.
El segundo paso es levantar los brazos y comprobar que el contorno de los pechos es uniforme. Después es importante palpar cada una de las mamas con la mano contraria utilizando la yema de los dedos, en línea recta y desde la parte externa al interior. Finalmente, hay que apretar los pezones para comprobar que no sale algo de líquido.
El último paso será hacer una exploración de las axilas, ya que gran parte de los tumores se desarrollan en zonas cercanas a la mama.
¿Cuándo debo solicitar consulta con el médico?
Las posibles alteraciones que se pueden detectar con la autoexploración mamaria y que deben ser motivo de consulta son cuando se siente dolor en un punto concreto al palpar, cuando la piel cambio de color o textura, si aparecen bultos o hundimientos o si lo pezones tienen líquidos.