La cesta de la compra se ha encarecido un 6 por ciento en Baleares en el último año, según los datos que ha publicado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a marzo de 2022. Los aceites y las grasas son los productos que más han incrementado su valor, concretamente un 29,3 por ciento; seguidos de la carne de ovino, que se ha encarecido un 17,9 por ciento; los preparados de legumbres y hortalizas, un 10,9 por ciento; y los huevos, un 10,3 por ciento.
Cabe destacar que no hay ningún producto de la cesta de la compra, de los analizados por el INE, que se haya abaratado en los últimos doce meses. Por encima del 5 por ciento, además de los mencionados con anterioridad, han subido el pescado fresco y congelado (8,7 por ciento), la carne de vacuno (8,6 por ciento), las frutas frescas (7,2 por ciento), las frutas en conservas y frutos secos (6,7 por ciento), los cereales y derivados (6,4 por ciento), el cacao, café e infusiones (6,3 por ciento) y el pan (5,8 por ciento).
Aunque también han incrementado su valor, los productos de la cesta de la compra que menos lo han hecho han sido la carne de porcino (0,1 por ciento), otras carnes (1 por ciento) y las patatas y sus preparados (1,4 por ciento).
Algunos productos se abaratan respecto al mes anterior
Cabe destacar que algunos productos de alimentación se han abaratado en las Islas durante el mes de marzo, en relación a febrero de 2022. Es este es el caso de la carne de ovino, cuyo precio se ha abaratado un -3,3 por ciento; el pan, .1,5 por ciento; los cereales y derivados, -0,5 por ciento; otras carnes, -0,2 por ciento; y los productos lácteos, -0,1 por ciento. Por el contrario, los huevos (3,6 por ciento) y la leche (3,2 por ciento) son los que más se han encarecido.
Luis García Langa, director de Corredordefondos.com, ha manifestado que «el último dato de inflación viene a confirmar el grave problema que tenemos de subida de precios. Se está consolidando esta subida, aunque porcentualmente tiene que relajarse porque los datos porcentuales se comparan respecto al año anterior y a medida que avance el tiempo iremos comparando con meses en los que la inflación ya era alta. Por tanto, aunque veamos después cierta relajación nos habremos instalado en precios altos y no en salarios altos, no en tipos de interés para el ahorro sin riesgo alto». A su modo de ver, esto supone «un problema doble para las familias. Por una parte, pierden poder adquisitivo porque cada vez las cosas les cuestan más y los salarios no suben. Por otro, porque los ahorros si nos los arriesgan en inversiones de calidad y diversificadas cada vez valen menos».