La presidenta del Govern, Francina Armengol, celebra este sábado siete años como presidenta del Govern, afirmando que «no hay mayor orgullo que servir a tu pueblo, ni mayor honor que presidir esta tierra». Así lo ha manifestado Armengol en un mensaje en Twitter, recogido por Europa Press, acompañado de un vídeo, donde recuerda la primera vez que asumió la presidencia del Govern balear «con mucha emoción» y «muchísima responsabilidad» pero, también, ha continuado diciendo, «con mucha fuerza y ganas, acompañada de mucha gente diversa que sabía que acompañaría al ejecutivo en este proceso».
En esta línea, ha puesto en valor que cuando ella tomó posesión del cargo de presidenta del Govern, fue la «primera vez que una mujer tomaba posesión como presidenta de Baleares». «Desde entonces, muchas mujeres y niñas me han dicho que bien que haya una mujer presidenta del Govern y es que cuando se rompe un techo de cristal, somos todas las que salimos ganando», ha hecho hincapié.
Así mismo, ha señalado que, cuando asumió la responsabilidad de ser presidenta del Govern lo primero que pensó fue «es momento de cambiar la forma de hacer política en las Islas». Y es que, para Armengol, la primera reunión que mantuvo como presidenta con la comunidad educativa en el Consolat de Mar y la que mantuvo con los sindicatos, «evidenció que la política es importante».
«La política es importante porque permite retornar derechos, tal como ocurrió cuando se devolvió la tarjeta sanitaria a los migrantes, y sigue sucediendo con la Ley de Fosas y la de Memoria Democrática, que permiten la recuperación de los cuerpos de las víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo», ha incidido Armengol, quien ha puesto en valor que en estos siete años presidiendo el Govern «Baleares ha cambiado a mejor porque se ha gobernado con y para la gente».
Finalmente, la presidenta Armengol ha afirmado «haber sido siempre una enamorada de las Islas» pero, ha puntualizado, «tras estos siete años en el Govern el amor a esta tierra es con más pasión». Por ello, ha añadido, «ser consciente de la importancia de defender Baleares en España y en el resto del mundo, con la fuerza que dan los ciudadanos de esta tierra».
«Presidir el Govern balear es un trabajo intenso, al que dedico el 100% de mi energía, pero lo hago con gusto porque creo en ello», ha afirmado, añadiendo que «no hay orgullo mayor que servir a tu pueblo ni mayor honor que presidir esta tierra». Por ello, mantiene la «fuerza y la ilusión» para seguir gobernando en 2023. «El sueño continúa con más fuerza e ilusión que nunca. Seguimos, hacia más adelante», ha sentenciado.
Deberían sentirse avergonzados de pertenecer al partido político más corrupto y criminal de la historia de España. Y eso no lo digo yo, lo cuentan las hemerotecas y hasta los diarios de sesiones del Congreso. Ese partido ha cometido todas las tropelías y delitos que se pueden cometer, desde el robo masivo de bienes públicos a manos de sus jerifaltes Negrín y Prieto, hasta el infame magnicidio contra el líder monárquico D. José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936, perpetrado con nocturnidad y alevosía por la escolta personal de Indalecio Prieto, lo cual fue la espoleta que disparó la Guerra Civil cinco días después, enfrentamiento bélico buscado sin disimulo por el PSOE en palabras del propio Largo Caballero recogidas en el Congreso de Diputados. Sin olvidar más recientemente la interminable lista de corrupciones de toda índole y hasta delitos de sangre (los GAL) durante los gobiernos de González y Zapatero. En cualquier país democrático y decente, un partido con este repugnante historial estaría prohibido hace muchísimo tiempo. Aquí en cambio todavía presumen, mientras se acuestan con todos los enemigos de España, incluidos los jerifaltes y asesinos de la antigua ETA, actuales socios preferentes de Sánchez.