Las grandes y medianas empresas de Balears disponen de cuatro meses de plazo para calcular su huella de carbono o, lo que es lo mismo, para estimar cuánto CO2 emiten a la atmósfera como consecuencia de su actividad. Deberán hacer el cálculo todas aquellas que tengan más de 50 trabajadores o que facturen más de un millón de euros al año, según explica el director general d'Energia i Canvi Climàtic, Josep Malagrava.
El estudio tiene que estar entregado en la Conselleria antes del 30 de noviembre de este año y deberá estar validado por un órgano verificador, lo que supondrá un desembolso de entre 1.000 y 3.000 euros por empresa. Malagrava señala que la huella deberá calcularse de forma anual, pero los dos años siguientes no se exigirá la verificación oficial.
¿Y qué deberá incluir este informe? Malagrava explica que las empresas deberán hacer hasta un triple cálculo. Por un lado, tendrán que calcular sus emisiones directas, que son, por ejemplo, las que tiene una empresa de calzado en el proceso de fabricación. A este cálculo se le añaden otros derivados del propio consumo energético de la compañía, pero también las emisiones que produce su plantilla en el proceso de acudir al centro de trabajo, por ejemplo.
Se calcula que unas 1.200 empresas deberán presentar este documento ya que afecta tanto a las que tienen su sede social en las Islas como a aquellas que tienen parte de su negocio en territorio balear. Por ejemplo, todas las compañías aéreas que operan en las Islas deberán calcular sus emisiones directas e indirectas. La base será el año 2020, en plena pandemia, por eso se calcula que las emisiones de las compañías serán bajas.
Malagrava afirma que este registro de emisiones será una herramienta clave en el proceso de transición energética de las Islas. Se tendrán datos de las actividades y empresas más contaminantes y se podrán adoptar medidas correctivas para que las emisiones bajen de forma paulatina.
Bajar un 40 %
Ahora mismo se disponen de datos externos que avalan que las emisiones del sector del transporte están muy por encima de las que había en 1990, mientras que otras actividades, como la agricultura, están reduciendo su contaminación de manera sensible.
El objetivo final es que las emisiones se reduzcan un 40 % y que Balears baje de forma sensible su factor de emisión. En las Islas se generan 0,5 toneladas de CO2 por la producción de un megawatio de energía, una cifra mucho más elevada que la de la Península, donde se generan 0,12 toneladas de C02 por megawatio producido. Malagrava detalla que esta cifra tan elevada se debe a que, en las Islas, hay mucho más consumo de gas natural y de gasoil que en la Península, lo que provoca esta importante huella de carbono de Balears.