El IB-Salut recortará la jornada laboral de los sanitarios a 35 horas semanales, frente a las 37,5 horas que se realizan hasta la fecha. Así lo ha anunciado este martes la presidenta del Govern, Francina Armengol, durante el debate de política general. En este punto, ha recordado que son los únicos funcionarios que no tienen adaptadas sus horas laborales a las del resto de funcionarios autonómicos, ya que «la pandemia dificultó esta adaptación, que es justa».
Esta medida supone una inversión de 11 millones de euros, que beneficiarán a 19.000 empleados sanitarios. «Porque los servicios públicos valen tanto como sus profesionales. Y tenemos los mejores, una plantilla vocacional que nos permite poner siempre la mirada en la gente, para fortalecer todos los servicios», ha declarado.
Acto seguido ha desglosado los cinco grandes objetivos que se ha marcado para la sanidad pública. El primero de ellos es recuperar en 2023 los tiempos de atención previos a la pandemia, dando continuidad al plan de choque contra las listas de espera. El segundo es impulsar la Atención Primaria, con más profesionales, nuevas infraestructuras y ampliaciones. La atención a la salud mental es el tercero; mientras que acercar la atención especializada a cada comarca es el cuarto; y dar respuesta al envejecimiento de la población, el quinto.
Para ello, ha anticipado que el presupuesto sanitario seguirá creciendo y «con las inversiones previstas haremos de la atención sociosanitaria, la dependencia y la estrategia de cronicidad el corazón de un sector fuerte dedicado a la economía de los cuidados, siempre fortalecida por la concentración con el trabajo vital del tercer sector».
Reacción de los profesionales
El presidente del sindicato médico (Simebal), Miquel Lázaro, ha asegurado que se trata de una reivindicación histórica que llega tarde, puesto que el Gobierno central autorizó a reducirla en el año 2018. A su modo de ver, se hace justo ahora por una cuestión electoralista, puesto que en mayo de 2023 se celebrarán las elecciones autonómicas.