Un juzgado investiga a la superestrella de la lucha, Conor McGregor, por golpear a una mujer en su yate en Eivissa el pasado verano después de celebrar su fiesta de cumpleaños en un conocido beach club. Una irlandesa de 42 años ha formalizado una denuncia en Dublín contra el deportista mejor pagado del mundo al que acusa de haberle causado graves daños en una muñeca después de darle una patada, un puñetazo y obligarla a huir de la embarcación.
El caso fue archivado provisionalmente el pasado verano porque la ahora denunciante no formalizó denuncia alguna ante la Guardia Civil en Formentera el mismo día del incidente. Según ha explicado ahora la víctima, en ese momento estaba conmocionada, la interrogaron cuando solo tenía un bikini y unos patucos de plástico como pertenencias y solo quería regresar al hotel y volver a Irlanda. Una vez en Dublín decidió denunciar y declaró en una comisaría pocos días después de su llegada.
La denunciante relata que conocía al luchador de artes marciales mixtas (MMA) desde antes de que fuera famoso porque son del mismo barrio. Así, el 16 de julio del año pasado acudió con una amiga y un matrimonio húngaro al que había conocido en Ibiza al Ocean Beach Club. Sabía que esa misma noche se celebraba allí la fiesta de cumpleaños de McGregor en la zona VIP. Según su relato consiguió acceder porque el propio luchador la llamó para que entrara y pasó allí buena parte de la noche con él y con amigos que tenían en común. En torno a las tres y media o cuatro de la madrugada, el luchador decidió marcharse del establecimiento y regresar a su yate. Invitó a la mujer a ir con él.
Embarcaron de madrugada, Mc Gregor, su mujer, otros dos amigos y la denunciante. La pareja del luchador se fue a dormir y las otras cuatro personas se quedaron en cubierta, hablando, bebiendo y bañándose. Ya el 17 de julio por la mañana se produjo el incidente. Según la denunciante, el deportista comenzó a insultarla y a criticar su aspecto. «Todo su comportamiento cambió y se volvió muy agresivo», señala. Sin más provocación, de acuerdo este relato, le dio una patada con el empeine justo debajo de su ombligo y un puñetazo en la barbilla. El primer golpe provocó que cayera al suelo y se hiciera daño en una muñeca. Después se le echó encima: «Te voy a ahogar, ¿quién te crees que eres?»
Rescatada por la Cruz Roja en Formentera
Para huir del ataque, la mujer se tiró al agua. El yate estaba en ese momento en Formentera. Cogió un jet para alejarse e intentó subir en una embarcación cercana. Fue socorrida poco tiempo después por una lancha de la Cruz Roja que la llevó a tierra y a un centro médico. Allí sí identificó a McGregor como su agresor y, de hecho, los socorristas que la atendieron corroboraron que vieron al luchador en la cubierta y que le reconocieron. Sin embargo, cuando fue interrogada por la Guardia Civil a la salida del centro, dijo a los agentes que no había sido él y que solo quería ir a casa. La víctima lo explica en que estaba sin dinero ni pertenencias y que sólo quería marcharse. La Guardia Civil la llevó al ferry para que regresara a Ibiza. Allí contactó con una amiga suya que le acompañaba en el viaje e inició el regreso a Dublín en un vuelo a través de Palma.
La denunciante aporta numerosos datos de las personas que le acompañaban en cada momento y que participaron en la fiesta y que luego fueron al yate. La magistrada encargada de la causa ordenó su archivo provisional después de la negativa a declarar en la Guardia Civil. Sin embargo, ahora ha reabierto las diligencias tras recibir la denuncia remitida desde Dublín. En paralelo al procedimiento penal iniciado en España se han iniciado otro civil en Irlanda. La jueza tomará declaración en las próximas semanas a la denunciante y a posibles testigos de lo ocurrido antes de decidir si el luchador debe ser juzgado por un delito de lesiones.
No es la primera ocasión en la que las vacaciones de McGregor acaban en problemas judiciales para el luchador. Fue detenido en Córcega hace unos veranos por una denuncia por agresión sexual.