La ibicenca Leire Reyes, de ocho años, nació con un nevus que descolocó a sus padres, David y Cristina. Ese enorme lunar pillaba la mitad de la espalda, una nalga del culo y parte de las piernas. «Como padres, lo primero que haces es asustarte», dicen por teléfono. A la pequeña le quitaron ese nevus gigante al poco tiempo, y lo que mantiene en su piel son nevus medianos rodeados de nevus 'satélite' (lunares más pequeños alrededor del lunar grande).
El caso de Leire fue pionero en Eivissa. Acude a revisiones una vez al año en la Isla y otra, en Madrid. La familia asegura que fue en la capital cuando pudieron informarse más de esta enfermedad rara que afecta a uno de cada 400.000 recién nacidos a nivel mundial.
«Tener nevus no duele, sino que puede causar molestia. A nuestra hija le extirparon el más grande cuando tenía un año. No solo por estética, sino por prevención a enfermedades que puede ocasionar, como el cáncer», explica su padre David.
El dermatólogo de Son Espases, Joan Garcías Ladaria, informa que es de suma importancia la protección frente al sol, por su alta incidencia de padecer cáncer de piel, y realizarse revisiones anuales, así como la autoexploración.