Gabriel Le Senne (Palma, 1977), de Vox, es el presidente del Parlament, pero no se sabe aún si lo seguirá siendo. Fiel a Santiago Abascal, acaba de ser expulsado del grupo parlamentario por los diputados rebeldes, lo que implica su destitución inmediata como presidente. Él sostiene que no está claro.
Dice que le echan por seguir las directrices de Santiago Abascal.
Bueno, de Abascal o de la dirección nacional del partido.
¿Y cuáles son esas directrices?
Me refiero a directrices generales de estos siete meses que llevo en el cargo. La dirección nacional, afortunadamente, me ha acompañado desde el principio, me ha ayudado y me ha guiado y me gustaría agradecer especialmente el trabajo de Montserrat Lluís, vicesecretaria general.
¿Pero qué era lo que Abascal pedía que los críticos no han querido hacer y usted sí?
Por ejemplo, la aprobación del techo de gasto. La dirección nacional consideraba que no estaba justificado ir en contra por unas discrepancias de cómo aplicar el acuerdo. En aquel momento, los rebeldes se apartaron de la dirección nacional diciendo que querían ser más duros en materia de lengua y ahora dicen lo contrario, que quieren ser más blandos.
¿Y en los últimos tiempos?
Es que ahora han tomado la decisión de expulsarnos del grupo sin hablar siquiera con la dirección nacional. Es una decisión unilateral sin motivo.
¿Tiene que ver con el choque nacional entre el PP y Vox, con una directriz de Madrid para trasladar esta tensión a Baleares?
No, yo no he recibido ninguna directriz en absoluto y mi relación con el PP ha sido absolutamente buena porque siempre he defendido que había un acuerdo de investidura y había que cumplirlo.
¿Sabían en el PP que iba a pasar esto?
Eso se lo tendrá que preguntar a ellos.
¿Usted qué cree?
Tengo dudas razonables. A mí me cuesta creer que mis compañeros hayan dado este paso temerario sin antes haber hablado con el PP.
¿Qué diferencias ha habido para llegar a esta situación?
No han sido cuestiones ideológicas y esa es una de las cosas que más me apenan. Todavía podría entenderlo si fueran cuestiones ideológicas, que si ellos son más falangistas y yo más liberal, pero es que no es eso. Es una discusión de poder y de ambiciones. Las discusiones venían de antiguo; se puso a Patricia de las Heras para intentar poner paz y a mí me nombraron presidente para poner paz, y así me lo dijeron. Hemos intentado poner paz, pero ha sido imposible, y lo atribuyo a estos diputados que ya han dado muestras de hasta dónde pueden llegar.
Ya ha anunciado que no va dejar la Presidència del Parlament.
No, voy a luchar y no voy a renunciar a la Presidència del Parlament por que esto debe estudiarse en profundidad. Nos asiste la razón y la justicia y no puede ser que el grupo parlamentario quede secuestrado en manos de gente que ya no pertenece al partido y que se expulse a los que sí son leales al partido.
¿Como Xelo Huertas?
No, es diferente. Coincidí con ella en una tertulia y ya me advirtió de que esto funcionaba de manera peculiar. Yo me siento muy respaldado por mi partido y muy maltratado por mi grupo.
Se apunta a la posibilidad de que Idoia Ribas sea su sustituta. ¿Qué opina de ella?
No quiere hablar mal de quienes son todavía mis compañeros, a los que tengo aprecio. Me gustaría que rectificaran y dieran marcha atrás. Idoia Ribas creo que tiene un perfil demasiado duro para este cargo. Una de las cosas de las que estoy muy orgulloso es de que tengo buenas relaciones con todos los grupos y creo que todos han visto que he intentado hacer mi trabajo con ecuanimidad, cosa que a veces me ha creado críticas de mis compañeros.
¿Cree que deben devolver los escaños?
La gente no les ha votado ni a a ellos ni a mí; ha votado Vox. Si se apropian de esas actas, será una deslealtad y una traición.
¿Cuál será ahora su papel en el Parlament: la oposición?
Yo permanecería en el acuerdo que tenemos suscrito porque estoy completamente de acuerdo con el pacto de investidura que se firmó y daría mi voto para que se cumpliera.
¿Hace una llamada a Marga Prohens para que no se apoye en estos diputados y poder gobernar?
Apoyarse en tránsfugas hace un flaco favor a la democracia.
¿Debería negociar cada acuerdo con ustedes?
Esa es una posibilidad, aunque no sumamos una mayoría. Lo debería negociar con otros grupos y, si no puede pasar unos meses en minoría, convocar elecciones. Comprendo que es una decisión difícil, pero apoyarse en estas personas tampoco es fácil.
¿Cómo ve el futuro de Vox?
En Murcia pasó algo similar y el partido ha salido reforzado. Yo creo que la gente va a ver que se está intentando cometer una injusticia y que esta gente no es razonable, no es seria. Creo que al final le hacemos un favor al partido si los sacamos de él.