Puestos a rescatar algo de los 80, que sea su carácter innovador y rupturista en el campo musical. En ese atril de novedades brillan con luz propia The Smiths, The Cure y otras bandas que nos sirvieron de refugio para ahogar nuestro intrincado mundo interior. Pero esa década guarda una trastienda menos amable, que los talibanes de la corrección política querrían borrar de un plumazo. Me refiero a canciones que hoy no pasarían el timorato corte de la censura, ahí van dos ejemplos: Sí, sí, un tema donde Los Ronaldos cantaban ‘Tendría que besarte, desnudarte, pegarte y luego violarte'; y Devuélveme a mi chica, donde Hombres G prometían ‘vengarme de ese marica'. Letras polémicas siempre las hubo y siempre las habrá, la pregunta es si una lírica tan trasnochada tiene cabida en el siglo XXI; una lírica que vulnera sensibilidades; una lírica que abre acalorados debates que generan división. Claro que otra pregunta sería si la corrección política es la dictadura de nuestros días...
Preguntamos a cinco nombres propios de la sociedad balear. Y por si aun no lo ha cazado, viene esto a colación de la controversia generada por Nebulossa, ganadores del Benidorm Fest y representantes de España en Eurovisión al grito insolente, feminista y provocativo de Zorra. La polémica persigue a este dúo que desafía percepciones sociales a través de su música. Para el músico y productor Pablo Ochando, «esta polémica no tiene nada que ver con la música, y la la letra no tiene nada de rompedor, Las Vulpess sí lo fueron». Para lo menos avezados, Las Vulpess fueron un conjunto bilbaíno de punk rock formado íntegramente por mujeres, que añadían a sus nombres el apellido ‘Zorrita'… Tras una actuación en el programa Caja de ritmos de TVE, presentado por Carlos Tena en horario infantil, cantaron Me gusta ser una zorra, propiciando la inmediata cancelación del programa así como la disolución del grupo. Ochando defiende que aquello sí fue audaz y rupturista, Nebulossa «lo que provoca es sonrojo, pero aquí de lo que se trata es de continuar con la dictadura de la corrección política».
Moderado
Aunque más moderado, para Joan Roca, de Antònia Font y Geometrical Sardine, la corrección política es también una losa, «sobre todo desde que aparecieron las redes sociales, hoy todos estamos expuestos. Es un elemento más de polarización de la sociedad. Quieren que estemos controlados y Zorra es un ejemplo más de esta polarización». Este músico, que solo se centra en «la buena música», considera que «cierta mediocridad de artistas, y no digo que Nebulossa lo sea, no valdrían nada si se desvinculasen de la polémica».
El caso es que la polémica está en la calle, y si no que se lo pregunten a la cineasta Marga Melià, «esta mañana he ido al dentista y lo primero que me ha dicho ha sido ‘¿qué opinas de ‘Zorra'?». En opinión de la artífice de Bittersweet days, «la letra de la canción es feminista y reivindicativa, si crea polémica es más que nada por el título, pero la letra en sí la veo políticamente correcta. Lo que Nebulossa hace es tratar de resignificar la palabra zorra, y lo que consigue es llamar la atención».
Miki Jaume, cabeza visible del Grup Trui, considera que hoy en día, «sobre todo en el género urbano, se está perdiendo el criterio de lo que significa una canción. Es cultura. Y para mí no es cultura sana que los niños tengan una palabra como ‘zorra' como himno», zanja. Por su parte, Luis Alberto Segura equipara Zorra «con las polémicas por la teta de Amaral y el disco Puta de Zahara». Para el líder de L.A. «sin estas controversias muchas injusticias sociales seguirían ocultas. Por mí que sigan saliendo ‘zorras' y ‘putas'», aunque «me jode cuando los políticos entran, es ahí donde se tergiversa. El problema es seguir haciendo caso a los medios y a los políticos».