Los pinchazos telefónicos a los principales implicados en la trama de las mascarillas muestran hasta qué punto estaban preocupados por la reclamación del dinero que había iniciado el 6 de julio el anterior Govern y que se concretó en agosto del 2023 con el inicio del expediente, que ya firma el nuevo Govern. «Estamos ahí un poco acojonados», señala el empresario Juan Manuel Cueto en una conversación telefónica que tiene con Koldo García el 7 de diciembre de 2023.
Koldo le había asegurado que utilizaría «todos mis medios» para evitar la reclamación. «Si deciden que tiran pa alante, pues la empresa se va a concurso», añade Cueto.Los pinchazos telefónicos revelan que, en ese momento, Koldo asegura a sus socios que tienen contactos en las Islas, pero después no hay grabaciones en el sumario que lo acrediten.
La intención de los investigados es convencer a la administración balear de que no sigan adelante con la reclamación y de que firmen un certificado que señale que renuncian a ella. «Si no, vamos a tener un pleito con ellos y un problema de cojones», añade Cueto en otra conversación.
Silencio negativo
Los empresarios comienzan a alarmarse cuando pasan los días y las supuestas palabras tranquilizadoras de alguien del Servei de Salut balear no se concretan en hechos. A Cueto y uno de sus socios, Iñigo Rotaeche, les preocupa enterarse de que si Balears no emite ninguna resolución de que el expediente queda extinto, haya un silencio administrativo inicial que mantendría abierto el procedimiento de reclamación.
Los empresarios confiaban en que el informe del Consell Consultiu les salvara de tener que pagar las cantidades. Los implicados en la trama se lamentan de que los suyos abrieran el procedimiento y los nuevos lo continúen para abrir un frente «para quedar bien y qué bonito y qué bien lo hacemos, que cada vez que vemos algo malo que han hecho los rojos, pues lo sacamos», según una conversación del 2 de diciembre. También insinúan, en una conversación entre Cueto y Rotaeche de noviembre que todo comenzó para «salvarse el culo... salvarse el culo el funcionario».