No se sabe a ciencia cierta cuántas personas hay en Baleares con síndrome de Down, una pregunta a la que cada año en esta fecha (el 21 de marzo, su día mundial) se enfrenta el director de Asnimo, Tólo Márquez, tal y como él mismo reconoce.
El problema es extensivo al resto del Estado y se define como tal porque sin esta cifra es más complicado hacer medidas específicas que aseguren su inclusión laboral y social, ya que muchas veces no se tiene en cuenta su discapacidad intelectual. «Un trato justo implica un apoyo razonable según la necesidad y condición de cada persona», reclama Márquez.
La Fundación Asnimo, la primera entidad nacida en España especializada en el tratamiento integral de personas con síndrome de Down, advierte de que cada vez hay menos pues los servicios dirigidos a personas adultas tienen un alto porcentaje de usuarios y los que trabajan con niños y adolescentes es más bajo.