Despertarse en mitad de la noche y escuchar una alarma que alerta sobre un incendio en el barco en el que viajas; y tras varios mensajes por megafonía, el anuncio de una evacuación. Así empezaba la odisea de los afectados del GNV Tenacia: «El momento más tenso e incierto ha sido cuando se ha declarado el incendio». Es, sin duda, la declaración más común entre los afectados. Llamas en la sala de máquinas que han supuesto la evacuación de centenares de pasajeros en mitad del mar, en el trayecto que la naviera realizaba entre Valencia y Palma.
El pollencí Nadal Mateu Malondra Bibiloni volvía de recoger a su pareja en la península y se disponía a iniciar sus vacaciones en la isla; aunque tras lo sucedido, no cree que pueda llegar a Mallorca hasta el próximo miércoles. «Lo peor ha sido el inicio, ya escuchábamos mensajes por megafonía en italiano que decían a los marineros que no se trataba de un simulacro, que iba en serio. Poco después, han comunicado que había un incendio y que había que evacuar». Eran cerca de las dos y media de la madrugada. «Todos con el chaleco salvavidas puesto, salía humo por allí donde mirases, por la chimenea, por los costados del barco, por todo», cuenta Nadal.
Lo narra ya desde tierra, donde se alojará en un hotel de Valencia hasta saber qué ocurre con el ferry incendiado, que será remolcado hasta allí. «Mi pareja venía con su coche y sus pertenencias. No sabemos nada de la carga. No sabemos si los coches están calcinados, inundados o qué», explica. Por el momento se quedaran allí a la espera de noticias. «Se nos ha ofrecido volver a Mallorca esta misma noche en el mismo barco en el que nos han rescatado pero hemos preferido quedarnos». Otros, los primeros en volver a la isla tras la odisea, tocarán tierra mallorquina entre las seis y las ocho de la mañana de este martes.
A las dos de la mañana, Bryan también dormía plácidamente en el camarote del ferry Tenacia que le transportaba a Palma para continuar su trabajo en las obras de ampliación del aeropuerto Son Sant Joan; pero, aunque ya ha tocado tierra, no ha sido en Mallorca. Bryan llegaba al puerto de Valencia tras una odisea que, dieciocho horas de angustia después, llega a su fin.
«Por fin respiro un poco tranquilo, estoy cansado, agotado, pero ya voy recuperándome», explica. Viajaba en camarote junto a otros compañeros y con una furgoneta en el aparcamiento de la embarcación. El susto llegaba de madrugada: «imagina estar durmiendo y de repente escuchar una alerta, una alarma, alguien que pide que despejemos rápido el interior, niños llorando, gente gritando por todos lados, han sido momentos de caos», narra.
Bryan supone que en el puerto podrá arreglar su situación laboral ya que «todavía no sabemos nada de nada, nos tendrán que dar una alternativa porque no podemos perder el trabajo, tendrán que solucionarlo». Durante las horas de espera en la embarcación incendiada, la compañía ha ofrecido cafés y comida a los afectados, además de quince minutos de wifi gratis. «Es el momento en el que he podido avisar a mi familia de que estaba bien»; luego no ha podido disfrutar de más conexión ya que, como el incendio se ha producido en la sala de máquinas, la electricidad fallaba y no le ha sido posible conectarse más.
«Lo más complicado ha sido, sin duda, el cambio de barco, hemos tenido que lanzarnos por el tubo hinchable, a varios metros de altura, un par de raspones y a salvo. Ha sido como, literalmente, saltar de un barco a otro. Yo ahora sólo quiero estar en tierra», dice Bryan recordando el peor momento. Aunque cuenta que «mi mayor miedo era una explosión. Me he asustado de verdad cuando he visto el helicóptero y los bomberos bajando y accediendo al barco, era como una película», cuenta.
Así ha registrado Bryan algunos momentos de su peripecia en el GNV Tenacia:
El joven trabajador lo tiene muy claro, lo importante para él ahora «es nuestra vida y la de todos los pasajeros, lo material se repone».
Adolfo también define lo vivido como una «odisea», además de «mal organizado por parte de la compañía». Para él, el peor momento ha sido el inicial cuando, sin luz en los camarotes ni en los pasillos, han tenido que «salir con lo puesto». El pasajero, camionero de profesión, ha vivido las dieciocho horas de rescate «en chanclas, bañador y camiseta; no hemos podido coger nada» y así mismo esperaba en Valencia que le adjudiquen un hotel en el que pasar la noche. «Nadie ha explicado nada, nadie ha dado la cara, no hemos podido ni bajar a los vehículos a por medicamentos siquiera», explica. Además, Adolfo ha sufrido, durante el rescate, quemaduras en la espalda, brazos y piernas «al saltar por el tobogán hinchable».
No es el único camionero de la embarcación. Pedro Pablo viajaba hasta el tope de medicamentos que debían entregarse en Mallorca: «No sabemos nada de la carga, veremos el martes cuando el barco llegue a puerto, traía medicamentos y algunos, como las vacunas, requieren refrigeración a cuatro grados. Lo perecedero ya no valdrá».
Pérdidas que también sufrirá la empresa Palomero Cargo ya que, al menos, cuatro camiones viajaban en el interior del barco incendiado. Hassan, de 29 años, es conductor de uno de ellos. «Lo hemos vivido con muchos nervios, momentos de pánico absoluto, miedo, los niños llorando, poca información, ha sido difícil», explica. Su carga, de frutas y verduras, también va refrigerada y no podrá recuperarse; además de las heridas que también ha sufrido durante la evacuación: «me he quemado brazos, piernas y los dedos de los pies, me cuesta caminar y voy a tener que ir al hospital, no puedo hacer mi trabajo con estas heridas», zanja.
El comunicado de la compañía afectada
Tras un cierto aluvión de críticas a la naviera por la «poca información» recibida, según los pasajeros afectados, la compañía ha publicado un comunicado en el que describe lo ocurrido en el buque. Ésta ha sido la explicación de la empresa:
«Con respecto al accidente ocurrido la pasada noche en el buque Tenacia, que efectuaba la ruta Valencia-Palma de Mallorca, GNV informa del regreso en curso de los 350 pasajeros al Puerto de Valencia. La inmediata intervención del personal de a bordo que, en coordinación con las distintas autoridades y agentes involucrados, activó rápidamente los procedimientos de seguridad establecidos, ha permitido llevar a tierra a todas las personas, tanto pasajeros como tripulación, sin registrarse ninguna consecuencia física. Junto al Comandante del ferry, a las operaciones de seguridad han contribuido de manera rápida y efectiva todo el equipo de GNV (Emergency Group Ashore), Grupo MSC y todos los organismos de socorro, que han sido movilizados para agilizar la gestión del accidente. Para GNV, la seguridad es una prioridad absoluta. La compañía apoyó de manera inmediata al Comandante para activar todos los protocolos de seguridad a bordo necesarios para controlar el incendio, al tiempo que se aseguraba la seguridad de los pasajeros y la tripulación. Posteriormente, apoyó a Comandancia en la coordinación de las operaciones de desembarque y de embarque posterior en los dos barcos que se desplazaron lo más rápido posible para dar asistencia: GNV Bridge y MSC Arica. Estas operaciones fueron también posibles gracias a al apoyo de los medios y recursos proporcionados por las Autoridades competentes.
En estos momentos, el equipo de asistencia de GNV (Care Team), reforzado por el equipo de Grupo MSC, brinda apoyo a todos los pasajeros que han desembarcado en Valencia y los que lo harán en breve, para facilitarles hotel, reorganizar sus viajes entre mañana y los próximos días, así como para responder a cualquier necesidad que pueda tener cada pasajero.», finaliza.