El PP se queda a cinco votos de la mayoría absoluta en el Parlament que en realidad son solo tres. Los ‘populares' consiguieron un total de 25 diputados en las pasadas elecciones cuando la mayoría absoluta está en 30. La diferencia de esos cinco diputados debe matizarse porque el partido que preside Marga Prohens cuenta además con dos apoyos fuera del PP.
La presidenta tiene asegurado el voto del diputado de Formentera, Llorenç Córdoba, a pesar de la profunda crisis que se está viviendo en la Isla, una crisis que hasta ahora no se ha trasladado al Parlament. Córdoba siempre ha votado a favor de las propuestas que ha presentado el Govern de Marga Prohens y continuará haciéndolo, según aseguran fuentes ‘populares'.
Eso supone que la presidenta cuenta con 26 votos asegurados, más que los 25 que agrupa toda la izquierda. La situación le da ventaja con respecto a la oposición ya que sus rivales no pueden bloquear por si solos las iniciativas del PP que logran 26 votos frente a los 25 de la izquierda. Para que haya bloqueo necesitan que Vox sume sus votos a los de la oposición.
Pero esos 26 votos de Prohens no son reales porque la presidenta cuenta desde el inicio de la legislatura con el voto añadido del exdiputado tránsfuga de Vox, Xisco Cardona, que se fue de la formación por discrepancias con el partido cuando los diputados de extrema derecha decidieron no apoyar el techo de gasto. Cardona se ha mostrado fiel al PP y los ‘populares' creen que lo seguirá siendo.
Eso deja a la presidenta con una diferencia de tres escaños para conseguir la mayoría absoluta. Vox tiene siete escaños en el Parlament tras la marcha de Cardona, pero las relaciones internas están rotas y, en estos momentos, hay cuatro diputados fieles a las directivas de Santiago Abascal y tres que son críticos con el rumbo del partido.
Prohens puede gobernar sin llevar leyes al Parlament para no sufrir una derrota, pero una de las posibilidades es que el grupo de Vox termine volando finalmente por los aires por las discrepancias internas y los tres escaños críticos terminen sirviendo para completar la mayoría que le falta a Prohens.