La posibilidad remota de que Baleares logre un pacto fiscal como el alcanzado por Catalunya supondría una mejora en el sistema de financiación de las Islas de más de 3.000 millones de euros, si se toman como base los datos del año pasado. En un plano hipotético en el que Baleares gestionaría la totalidad de sus impuestos, no solo la mitad como sucede ahora, de entrada doblaría los más de 3.000 millones que recibió en 2023. Sin embargo, se trata de una cifra teórica que en la práctica se reduce porque buena parte de esa cantidad debería destinarse después a pagar los servicios básicos del Estado en la Isla, como Defensa, Justicia y todas las demás competencias que ejerce el Estado y no están transferidas a la Comunitat.
Calcular cuánto dinero quedaría realmente en las arcas baleares una vez detraídos los pagos al Estado es por ahora mucho más complicado. Una estimación que podría servir de base es partir del dinero que las Islas destinan a solidaridad con otras comunidades autónomas. Solo hay tres comunidades que aporten fondos solidarios a las demás: Madrid, Balears y Cataluña, por este orden en pagos per cápita. A la espera de saber ahora qué pasará con el dinero que aportaba Cataluña, lo que se sabe es lo que dará Balears.
En 2023 terminó aportando 1.041 millones en concepto de solidaridad, pero esta cifra debe compensarse con los 741 millones adicionales que recibieron las Islas en fondos de convergencia, que son los que compasen la actividad económica. Quiere eso decir que Balears podría gestionar directamente esos 300 millones que se van, un 10 % de lo que recibe ahora, y decidir qué parte envía a otras comunidades autónomas. En cualquier caso, es una primera estimación global que muy probablemente deberá precisarse cuando se conozcan los detalles y la letra pequeña del modelo catalán.
Este modelo es una quimera y no llegará a Baleares por dos razones. La primera es el Gobierno no lo contempla ya que Pedro Sánchez entiende que la singularidad balear ya está recogida en el REB y el presiente descartó ampliar el modelo catalán a otras comunidades. La segunda razón es que Marga Prohens tampoco quiere este sistema de financiación porque asegura que rompe la caja común de todos los españoles.
Qué dice Prohens
«El modelo rompe con el sistema de financiación y con la igualdad de todos los españoles», insistió este miércoles Prohens un día después de su reunión con Pedro Sánchez. «No nos parece ni la forma ni el fondo adecuado», añadió. La presidenta destacó que Baleares es una comunidad que aporta. «No queremos ser más que ninguna otra comunidad autónoma, pero como presidenta de todos los ciudadanos de Baleares tampoco voy a permitir que se nos menosprecie», precisó a los periodistas.
La presidenta detalló al presidente cuál es el modelo de financiación que se persigue desde Balears: que se respete el principio de ordinalidad, que se tenga en cuenta la población flotante, al aumento demográfico que ha habido en las islas y una mejora en las compensaciones por la insularidad. Eso significa que la presidenta defiende que todas las comunidades sigan el modelo actual, incluida Cataluña, aunque con modificaciones. Prohens dijo que habrá que esperar a conocer el detalle del acuerdo para determinar qué decisiones toma el Govern en contra de esta ruptura unilateral.
El portavoz parlamentario del PP, Sebastià Sagreras, también se refirió ayer a la visita de Pedro Sánchez a Baleares y acusó al presidente de utilizar el REB para recortar financiación a las Islas «con el objetivo de beneficiar a Catalunya. Sagreras criticó la pérdida de recursos estatales en el archipiélago y el pacto del PSOE con ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
«Prohens es una presidenta reivindicativa y en Baleares no volverá a ocurrir aquello que permitía Francina Armengol agachando la cabeza» ante las decisiones del Gobierno central socialista, aseguró. «Exigimos que Sánchez traduzca las buenas palabras de ayer en compromisos concretos para Balears», aseguró en relación a la falta de concreción de que lo que hablaron los presidentes en su encuentro en el Consolat.
Madrid mos roba. I també a Catalunya i València. D'això viu la burocràcia i l'oligarquia de Madrid