Turno para los hoteleros en la segunda jornada de la World Travel Market. El sector aprovechó su momento para algo más que para escenificar el relevo al frente de la patronal; sus representantes llevaron a Londres su rechazo frontal a la subida de la ecotasa anunciada por el Govern, una trinchera, aseguran, en la que les acompañan los turoperadores británicos, preocupados por un incremento de la fiscalidad que puede cobrarse sus víctimas entre «la familia media» que visita Baleares.
Así lo augura María Frontera, presidenta saliente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), cargo que a partir de diciembre ocupará Javier Vich (Summum Hotels). Fue ella, durante la presentación del balance de la temporada, quien se refirió a las inquietudes que desde la patronal británica de agencias de viajes, la ABTA, les habían transmitido a ellos y al propio Govern en torno al incremento del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) durante los meses de temporada alta.
«La fiscalidad podría dañar a ese mercado de familia media que no es de hotel de cinco estrellas, porque cuanta más fiscalidad hay, menos dinero queda para hacer gasto en destino. Y nosotros queremos que ese turismo familiar se afiance», señaló Frontera, quien se esmeró en dejar bien claro el mensaje ante un auditorio con los representantes institucionales sentados en primera línea, entre ellos el conseller de Turisme del Govern, Jaume Bauzà; el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, o el conseller insular de Turisme, José Marcial Rodríguez.
Estancia reducida
Los turistas británicos ya han empezado a reaccionar a ese encarecimiento de la oferta balear con una reducción de la estancia media: ha pasado de 7,7 días de media a 6,3, además de producirse una bajada en las llegadas hasta septiembre que bordea el 4 por ciento.
«Los turoperadores no entienden esta penalización hacia un sector que está apoyando la transformación hacia el turismo de calidad», señaló Frontera para añadir que, a su entender, el ITS no sirve como «herramienta para controlar el flujo de clientes» y sí más para ejercer un efecto disuasorio en relación al gasto en el resto del ecosistema turístico, es decir, de la oferta complementaria.
La presidenta de la Agrupación de Cadenas Hoteleras (ACH), Carolina Quetglas, fue igual de contundente en torno al rechazo a la subida de la ecotasa. «Aquí no se lo esperaban; están muy sorprendidos porque lo entienden como un ataque frontal a la turoperación directamente», señaló para explicar que desde el sector turístico balear se les ha estado transmitiendo tranquilidad en relación a las movilizaciones ciudadanas y que, en ese sentido, con la subida del ITS pueden percibir un doble rechazo al turista: el social -plasmado en las movilizaciones ciudadanas contra la masificación- y el institucional.
Los hoteleros señalaron que las críticas de la ABTA no se limitaron al tema fiscal, sino que fueron más allá para centrarse en la falta de servicios suficientes, como en cuestión de movilidad. «Necesitamos que el resto del ecosistema turístico esté activo también», reclamaron para recordar que la planta abierta todo el año se ha incrementado en los últimos años y que la temporada se ha alargado hasta los ocho o nueve meses gracias a la fidelidad de sus mercados tradicionales y de la buena respuesta de los emergentes.
El efecto Trump
Mención aparte para el resultado de las elecciones en EEUU. La victoria de Donald Trump, advierten, puede generar «variables nuevas a tener en cuenta» que afecten al turismo y a la economía en general de Baleares, de España y de sus mercados emisores. Principalmente, precisó Frontera, en términos de aranceles y costes de exportaciones, así como de producción en general, ya que Trump ya ha anunciado que se centrará más en lo que sucede dentro de sus propias fronteras que en Europa y que, en todo caso, la atención económica internacional orbitará más en torno a Asia. Países como Alemania, primer mercado para las Islas y segundo para España, por ejemplo, señaló Frontera, «tienen más dependencia de las exportaciones procedentes de EEUU», lo que se podría traducir en una afectación superior al 20 poe ciento en sus costes.
En ese contexto, añadió la presidenta de los hoteleros, «el turismo puede ser un gran aliado como lo es generalmente cuando hay situaciones geopolíticas complejas». Mantener los niveles de conectividad en la línea de los últimos años, subrayó, es una de las claves para asegurar la buena marcha de la industria turística en los próximos años.