A las 7:30 de la mañana de este lunes en un día claro y agradablemente fresco se han iniciado con ritmo firme el avance de una cola compuesta por varios centenares de personas casi desde la escalinata frente al Palau de l’ Almudaina para contemplar (y grabar) el espectacular ‘Vuit de la Seu’ en la Festa de la Llum. A esa misma hora y en sentido contrario, un hombre que ronda los sesenta le comenta a su acompañante que «hace unos años venían cuatro gatos».
De ‘cuatro gatos’ a 1.540 asistentes cuyos perfiles eran absolutamente dispares y heterogéneos. Sorprendentemente la mayoría de los asistentes eran mallorquines o residentes en la Isla. Como decíamos, contemplaron el juego de luces desde personas mayores a jóvenes, familias y hasta una veinteañera ‘heavy’ vestida íntegramente de negro, con botas militares y una camiseta del legendario grupo Metallica. El ‘vuit’ pudo verse en todo su esplendor desde las 8:31 de la mañana a pesar del mal tiempo que acecho la Catedral durante los primeros compases del día. Unos 15 minutos antes el rosetón proyectado había comenzado a oscilar desde la parte izquierda hasta colocarse debajo de el 'de verdad'.
El madrugón merece la pena para disfrutar de un portento único protagonizado por uno de los rosetones más grandes del mundo. Este espectáculo es como comentó a este periódico el abogado Marc Truyol y la psicóloga Antonia Lozano, ‘debutantes’ en la jornada. «Eventos como este vienen muy bien para la ciudad y ofrecer turismo cultural en vez de tanto sol y playa. Es una cosa única y hay gente que lo conoce pero no excesivamente. Creo que debería promocionarse mucho más», afirmaron contentos.
A pesar de eso comentan desde la Seu que cada año se dan casos de extranjeros que vienen a Palma a propósito para ver este fenómeno. De hecho, ya a las 5:30 de la madrugada un hombre argentino que se encuentra en Ciutat para visitar a su hijo que aquí reside ha sido el primero en colocarse en la cola.
Cristina Ortiz, responsable de gestión cultural de la Seu, aporta contexto histórico sobre un espectáculo que, como otros, parece más antiguo y tradicional de lo que realmente es. «En el año 2010 la ‘rosassa’ fue restaurada y desde ese momento el efecto se visualizó con más nitidez lo que hizo que ganara popularidad. Hace unos diez años que se abre al público a propósito. Las redes sociales también ayudaron mucho a que este hecho se popularizara ya que es un fenómeno fácil de viralizar’», explicó Ortiz antes de que diera comienzo el espectáculo.
De hecho, el paisaje que presenció el periodista que firma esta crónica desde una zona cercana al altar y con el ‘vuit’ y las más de mil personas enfrente recordó innegablemente a aquella famosa y metafórica imagen de la Nochevieja del año pasado cuando durante los festejos de fin de año miles de móviles iluminaron los Campos Elíseos de París atestiguando que algo ha cambiado aunque muchas cosas sigan igual. Como ‘el vuit de la Seu’.
Este sorprendente efecto lumínico unicamente se produce dos veces al año: el 11 de noviembre, día de San Martín, y el 2 de febrero, día de la Candelaria.