La primera presidenta de la historia de la ABEF deja el cargo tras completar una trayectoria de dos legislaturas (2018-2024) ligeramente dilatada a causa de todo el trance pandémico, «un momento difícil de transitar» pero a la vez motivador, apunta. Esther Vidal (Palma, 1971) repasa toda esta etapa.
¿Qué balance hace de estas dos legislaturas?
Es tremendamente positivo por lo que he aprendido y por toda la gente que he podido conocer. Y también es muy gratificante poder aportar tu pequeño granito de arena al mundo asociativo y dar voz al gran colectivo que son las empresas familiares.
¿Cuáles son los desafíos más urgentes que tiene la empresa familiar sobre la mesa?
El reto principal es común a todas las empresas e incluso de la sociedad en general: adaptarnos a un mundo tan globalizado y cambiante. Con respecto a la empresa familiar en concreto destacaría la gestión del relevo generacional, porque muchas veces supone serios compromisos de estabilidad. Es tan importante gestionar el plano profesional como la relación de la empresa con la familia.
¿Los empresarios baleares se topan ahora con más reticencias de sus hijos para tomar el mando?
Depende del sector. Por ejemplo, en el primario es más difícil. En el resto hay por lo general un relevo potente y más formado que nuestra generación.
¿Ve avances significativos en la presencia de la mujer al frente de las empresas?
Sí, indiscutiblemente. Poco a poco las mujeres vamos adquiriendo este rol que hemos de tener en el mundo empresarial. No creo en las cuotas de género, pero sí en la igualdad de responsabilidades y oportunidades. Y también necesitamos acabar con muchos estereotipos, sobre todo a nivel familiar, que muchas veces hacen que las propias mujeres nos pongamos límites. Pero yo veo el cambio en los más jóvenes, no tienen esos estereotipos tan marcados.
¿La adaptación de la IA va a buen ritmo?
En tecnología creo que siempre vamos lentos, porque evoluciona muy rápido. Es necesario hacer un cambio de chip e incorporar a nuevos talentos con nuevas formaciones que nos permitan usar mejor estas tecnologías y adaptarnos a los clientes de futuro y las nuevas formas de consumir.
¿Qué le pide al poder público?
Lo que más molesta al sector privado no son las trabas administrativas, sino la falta de una visión social y pública y menos partidista. Echamos en falta consenso, diálogo y búsqueda de entendimiento entre ellos igual que las empresas buscamos entendernos entre nosotras.