Los fumadores son la principal causa conocida de los incendios forestales en Baleares.
El Pla Anual de Prevenció, Vigilància i Extinció d’Incendis Forestals de les Illes Balears 2024 recoge la estadística de la tipología de las negligencias y causas accidentales de los fuegos en las masas forestales de las Islas entre los años 2000 y 2019.
La mayor parte corresponde a causas sin determinar, con 379, pero, a continuación, el primer motivo conocido son los fumadores, con 323. A mucha distancia se encuentran las quemas conocidas en trabajos forestales, con 137, las quemas agrícolas, con 132, y las hogueras conocidas, con 107, por mencionar las que superan los 100 incendios causados.
El resto de la tipología es muy diversa: motores y maquinaria, quema de basuras, actos vandálicos, quemas del sector ganadero, escapes de vehículos, fuegos artificiales (petardos o cohetes), accidentes de vehículos, escapes de vertedero, quemas de restos de poda o jardinería, apicultura, rotura del tendido eléctrico o vertidos de brasas y cenizas. entre otros.
El plan recoge también la media de incendios forestales en el período 2007-2021, con 103,7 siniestros por año. Respecto a la superficie afectada anualmente, la media anual es de 522,3 hectáreas quemadas, con una variabilidad muy acentuada entre años. El dato está muy condicionado por los grandes incendios de Morna (Eivissa) en 2011 y Andratx en 2013, por encima de las 2.000 hectáreas. De la superficie forestal afectada por el fuego en el período mencionado de 15 años, un 47 % tuvo lugar en forestal arbolado y el 53 % restante, en garriga (desarbolado).
La tendencia general es de una ligera disminución en el número de siniestros por año, aunque, como ya se ha comentado, con variaciones importantes, oscilando entre 66 y 114 fuegos en los últimos diez años.
Desde 2014, no se ha producido un incendio de grandes dimensiones como los de Morna y Andratx y no se han superado las 500 hectáreas en ningún año.
Desde la Conselleria de Medi Natural se comenta que la tendencia general a la disminución obedece a tres causas principales: la mayor concienciación de la población respecto al uso del fuego en terreno forestal o en sus proximidades, la rápida efectividad adquirida por los medios de extinción a lo largo de los años y las labores de prevención, desarrollas principalmente durante el invierno. Sin embargo, desde el departamento autonómico se insiste igualmente, en que, pese a la evolución positiva de las estadísticas, nunca hay que confiarse ni bajar la guardia. Además de la intencionalidad, cualquier descuido o negligencia, por accidental que sea, puede volver a provocar un incendio de grandes dimensiones.
En cuanto a la distribución mensual, la media de los incendios forestales en Baleares sigue el patrón habitual, con máximos en los meses de verano y picos en julio y agosto. Junio y septiembre son bastante simétricos. Los meses con un menor número de fuegos son diciembre, enero y febrero, por este orden. Se aprecian más incendios en marzo y abril que en mayo, supuestamente por el efecto informativo en la población cuando se inicia la época de mayor riesgo.
Volviendo a las causas, el 54 % de los siniestros son negligencias y causas accidentales. El 33 % corresponde a incendios intencionados (con motivaciones diferentes), el 8 % a causas naturales (rayos), el 4 % a causas desconocidas y el 1 % a reproducciones de fuegos que fueron dados por extinguidos.
Si se observa la distribución mensual por grupos de causas, se observa un pico claro en el verano en cuanto a las causas intencionadas. La distribución temporal de la negligencias es bimodal, con un primer pico en la primavera y un segundo entre junio y agosto.
Los incendios por rayos destacan en septiembre, con la entrada de las tormentas de finales del verano. Las causas por quemas agrícolas y forestales se sitúan en marzo y abril, y el origen en los fumadores se da claramente en julio y agosto.
... cuando tomé consciencia como ser humano solidario, además de colaborar con alguna que otra ONG, convertirme en un activista acérrimo del "no a la guerra" y jugar a ser el niño del cuento del traje del emperador con el tema de las creencias religiosas, tuve también mi parte en machacar durante el tiempo de las dos leyes consecutivas antitabaco... a la primera le hicieron un caso relativo, fue duro, pero con la segunda parece que al final aprendieron a comportarse... ahora ya veo a los asquerosos fumatas bastante integrados en la sociedad normal, la que no fuma... porque hay que insistir en corregir esa mala percepción, y es que la normalidad es que las personas NO fumemos, ellos son la excepción, aunque pretendiesen ser la norma... y por último, añadir otra línea más a la certera lista de Blaps = "todo el dolor que han hecho los cigarrillos cuando son usados por maltratadores, torturadores que interrogan y gente que hace bulling, cuando usan ese pérfido canuto encendido para aplicarlo contra la piel de inocentes para causarles sufrimiento"...