Sergi Verd acumula más de 30 años de trayectoria profesional como pediatra, actualmente pasa consulta en el centro de salud Son Serra la Vileta de Palma. Forma parte de la organización del simposio ‘Vengo con tres heridas’ para abordar en profundidad las autolesiones en niños y adolescentes y reflexionar sobre su prevención y tratamiento.
¿Qué está pasando con las autolesiones entre los niños y jóvenes? ¿Qué datos de incidencia manejan?
— Autolesiones ha habido siempre, Van Gogh se cortó una oreja, pero era algo extraordinario hasta hace 30 años que empezamos a ver algunos casos. Desde hace siete años los casos van aumentando y especialmente después del confinamiento del Covid, que llegamos a tener hasta un paciente cada semana por autolesiones. Afortunadamente los casos han descendido y, desde mi consulta, puedo estar tratando uno por mes de media. Las estadísticas, a nivel población general, reflejan que uno de cada tres o cuatro alumnos de secundaria se autolesionan, especialmente niñas. A nivel orientadores de colegios, hablan de dos o tres casos al año en centros pequeños. De los niños y adolescentes que están en tratamiento psiquiátrico o en psicoterapia, la mitad se autolesionan.
¿Hay un efecto contagio?
— La paradoja de los adolescentes es que quieren ser diferentes pero no quieren ser distintos a sus compañeros. Necesitan asimilarse al grupo y en este sentido, el efecto contagio depende del carácter del chico y, al igual que las adicciones, afectan más a los más vulnerables o a los que están pasando por un mal momento.
¿Qué les mueve a hacerse daño? ¿Qué puntos en común tienen?
— Valoramos tres grupos distintos a nivel emocional. Los que no son muy graves, que lo hacen porque necesitan que les cuiden y que les quieran. Tengo una herida y tengo que ser curado. Este grupo se puede tratar a nivel familiar, con amigos y un entorno escolar favorable. El segundo grupo es el que se siente culpable, acumula la culpabilidad y esto no se arregla tan fácilmente. Se autolesiona porque se tiene que castigar y necesita una asistencia de profesionales sanitarios, tratamiento psicológico y atención primaria. Con el tiempo también lo pueden superar. Por último el grupo de los más graves, el más peligroso, el que necesita un tratamiento muy especializado. Están atormentados y pasan por una situación de salud mental complicada con momentos de enorme agitación en los que se hacen daño y pueden llegar a no sentir el dolor físico.
¿A qué edad comienzan?
— En torno a los doce años. Van creciendo con ello y si lo mantienen en siendo adultos jóvenes aumenta el riesgo de intento de suicidio. Es peligroso dejar que se perpetúe el pronóstico.
«Desde mi consulta trato, de media, un caso de autolesiones por mes»
¿Cómo se puede valorar el grado de peligrosidad de esas autolesiones?
— Las más peligrosas son las heridas que están ocultas, las que no se ven suelen tener peor pronóstico que las que son más visibles.
¿Qué mensaje puede dar a una madre o un padre que se esté enfrentando a esta realidad?
— Si hay una palabra clave es la continuidad, sobre todo para los casos más graves. Estos chicos no soportan el abandono y aunque es difícil no tirar la toalla en determinados momentos, no se puede titubear ni abandonar
Háblenos de la jornada que celebrarán viernes y sábado en Son Espases ¿A quién va dirigida?
— A todos los profesionales de los ámbitos sanitarios, educativo y social que trabajan con menores. A médicos, pediatras, psicólogos, psiquiatras, profesores, educadores, trabajadores sociales... Vendrán expertos de distintos puntos de Europa, de España y de Balears para que, los que no estamos cualificados, podamos afinar el pronóstico e identificar los casos de mayor riesgo. También habrá ponencias sobre hábitos saludables para prevenir estas situaciones, más deporte y menos pantallas. El sábado hablaremos de tratamientos y a las 16.00 horas, la última conferencia, de María Velasco, estará abierta a público en general.
Un gran profesional y gran persona!!!!