El sector del ocio nocturno ha acabado estampando también en un convenio de hostelería del que empezó desmarcándose junto con los restauradores. El presidente de la patronal, Miguel Pérez-Marsá Roca, argumenta el cambio de postura y reflexiona sobre el futuro de su sector, marcado por los cambios en los hábitos de los jóvenes, tanto turistas como residentes.
Se quejaron de lo pactado entre UGT y hoteleros en el convenio de hostelería, pero al final han firmado. ¿Están satisfechos?
-Es verdad que la subida del 13,5 % -y sobre todo la del 6 % el primer año- hace mucho daño, sobre todo a pequeños y medianos empresarios. Pagar el acumulado desde abril se va a hacer cuesta arriba, pero el resto es para estar satisfechos. Sobre todo, por el hecho de haber abierto la puerta a una disposición adicional que nos permite negociar con los sindicatos las singularidades del sector. Por eso hemos firmado, porque se nos reconoce un marco jurídico propio.
¿Descarta tener convenio propio algún día?
-Eso se puede descartar, aunque no porque no queramos. Tendríamos que empezar un proceso judicial muy largo. Pero tener un marco propio dentro del convenio general será suficiente. Mientras nuestras singularidades sean reconocidas, da igual que se negocie fuera o dentro del convenio de hostelería.
¿Ese marco va a facilitar tablas salariales propias en el futuro?
-Si se pudiera poder negociar una subida salarial distinta de los hoteleros, eso sería la cúspide de la negociación. No somos hoteleros, no nos va tan bien. No sería una barbaridad hacerlo de este modo. En Tenerife ya se negocia así.
¿Cómo va a afectar a sus asociados la subida salarial?
-Va a afectar. Muchas empresas ya tienen necesidad de pagar más para atraer trabajadores, porque no es fácil conseguir gente que quiera estar trabajando toda la noche. Hoy en día el ocio nocturno no está en su mejor momento y la subida, en general, va a afectar. Esperemos que no lleguemos al punto de tener que cerrar, aunque sí puede suponer una subida de precios.
La temporada pasada fue decepcionante. ¿Este año pinta igual?
-El 2024 fue un año difícil y este 2025 ha arrancado muy raro: no hay un patrón claro, muchas subidas y bajadas... Estamos un poco a verlas venir, aunque hay que diferenciar por zonas. Donde el turista está teniendo más gasto es en el desplazamiento y en el hotel, que han subido sus tarifas de forma casi desorbitada. El cliente llega ahora con el dinero justo para gastar aquí. Además, ha crecido mucho el todo incluido en los hoteles, sobre todo en Mallorca, cuando hasta hace poco se estaba quedando en algo residual.
¿Los jóvenes ya no salen?
-Las modas de ocio han ido cambiando y las redes sociales hacen que la gente no tenga esa necesidad de socializar en una discoteca, cuando antes era la manera, el Instagram de nuestra época. Así funcionábamos. No es una crítica, pero el hecho es que hoy socializan de otra manera. De ahí el auge de los disc jockeys, que es una fórmula para atraer a la gente a las discotecas. Los jóvenes no salen y los que tienen más edad son más de tardeo. Y ahí hay una competencia desleal.
¿El tardeo es competencia desleal?
-No hablo de la gente de tertulia en la terraza, sino de restaurantes que hacen de discoteca sin licencia. En Santa Catalina hay multitud de locales que no tiene licencia para ser local de ocio y eso genera muchos problemas con los vecinos. Los que tienen licencia están insonorizados, tienen seguridad… Esos no generan problemas. Desde ABONE estamos permanentemente denunciando, pero cerrar ese tipo de locales es complicado. Y luego hay que sumar las fiestas ilegales en fincas privadas. Ahí si hay un accidente, nadie responde.
Pero sus negocios también ‘tardean’, ¿no?
-Algunos de nuestros asociados también hacen tardeo. Nosotros nos adaptamos a la realidad social igual que cualquier negocio.
¿Las ‘party boats’ son también competencia desleal?
-Lo son y también suponen un problema de seguridad. Consumen muchísimo alcohol barato sin ningún tipo de control en medio del mar. Los devuelven a tierra como si fueran sacos de patatas. Hasta que no aparezca un británico ahogado en medio de la bahía no pararán.
¿El botellón ha muerto?
-No ha muerto, sigue ahí. Ha pasado a hacerse en las casas particulares y no en las calles.
¿La guerra contra el turismo de excesos les ha perjudicado?
-El anterior Govern estigmatizó mucho el turismo joven y de ocio nocturno y no tenemos que caer en el error de identificar el turismo incívico con los jóvenes, aunque los haya que encajan en el perfil igual que empresarios y locales que fomentan ese modelo de consumo. Ese perfil se está extinguiendo. Me refiero al empresario que vendía 2X1, happy hours, etc. Todo eso está quedando atrás y vamos hacia un modelo de ocio cada vez más responsable y que tiene claro el tipo de cliente que quiere.
¿Ustedes también van a por el turista de lujo?
-El nuestro también es un sector que prefiere contar con un turista de mayor capacidad adquisitiva. Creo que estamos todos peleando por eso mismo. Los jovencitos que venían sin dinero ya no constituyen un perfil apetecible. No intentamos que el beneficio sea ganando muy poco con muchos, sino al revés.
¿Se ha modernizado su sector como el hotelero?
-También se está invirtiendo mucho dinero en modernizar el ocio, más calidad. Hoy te paseas por las zonas turísticas y ya ves que no son locales como los de antes donde valía todo.
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