La inmigración es uno de los temas candentes del verano. Al fenómeno habitual de la llegada de pateras en estas fechas se le ha sumado la tensión racista vivida en los altercados de Torre Pacheco (Murcia). Cuál es la fotografía fija en estos momentos de la inmigración en Baleares.
La inmigración irregular hacia España muestra un panorama heterogéneo en este verano de 2025, con notables diferencias entre territorios insulares y peninsulares. Según los últimos datos oficiales publicados por el Ministerio del Interior este miércoles, las llegadas a Baleares y la península por vía marítima han experimentado un incremento significativo del 16,6 %, alcanzando las 6.451 personas en lo que va de año, mientras que el archipiélago canario registra una importante disminución.
Este comportamiento desigual de los flujos migratorios se produce en un contexto nacional donde la inmigración irregular ha descendido un 27,83 % en términos globales. Las estadísticas revelan que desde el 1 de enero hasta el 15 de julio de 2025, un total de 19.114 personas han accedido irregularmente al territorio español por cualquier vía, frente a las cifras más elevadas del mismo periodo del año anterior.
La mayoría de estos accesos, concretamente 17.917 personas, han llegado por mar a bordo de 601 embarcaciones precarias, lo que supone 138 menos que en 2024. Este dato refleja la persistente realidad de quienes arriesgan sus vidas en el Mediterráneo y el Atlántico buscando alcanzar territorio español, a pesar de los peligros que entraña la travesía.
El contraste entre archipiélagos
La situación migratoria en los dos principales archipiélagos españoles muestra tendencias completamente opuestas en este 2025. Mientras Baleares registra un aumento significativo, Canarias ha logrado reducir las llegadas irregulares en un 41,7 % hasta mediados de julio. El archipiélago atlántico ha pasado de recibir 19.634 personas en pateras o cayucos durante el mismo periodo de 2024 a contabilizar 11.454 en lo que va de 2025, una reducción que alivia la presión sobre sus recursos de acogida.
Este descenso en Canarias resulta especialmente relevante considerando que históricamente ha sido uno de los principales puntos de entrada de inmigración irregular a España desde el continente africano. Las autoridades atribuyen esta reducción a la combinación de factores diplomáticos y de vigilancia implementados durante los últimos meses, así como a las condiciones climatológicas y a los cambios en las rutas migratorias.
Por el contrario, el incremento en Baleares plantea nuevos desafíos para las islas mediterráneas, que tradicionalmente habían recibido menos presión migratoria que Canarias o la costa andaluza. Este cambio de tendencia podría indicar una reconfiguración de las rutas utilizadas por las redes de tráfico de personas que operan en el norte de África.
Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, puntos fronterizos directos con Marruecos, presentan también comportamientos dispares en cuanto a la inmigración irregular. En el caso de las llegadas por vía marítima, Ceuta ha experimentado una significativa reducción, pasando de 13 a tan solo 3 casos, mientras que Melilla ha visto un aumento de las entradas por mar, pasando de 1 a 9 en el periodo analizado.
Respecto a los accesos terrestres, que incluyen las entradas a nado y los saltos a la valla fronteriza, el conjunto de ambas ciudades muestra un incremento del 6,6 %, pasando de 1.123 personas contabilizadas hasta el 15 de julio de 2024 a 1.197 en el mismo periodo de 2025. Sin embargo, este dato global esconde realidades muy diferentes en cada ciudad: mientras Ceuta ha reducido estas entradas en un 16 %, Melilla ha experimentado un aumento extraordinario, pasando de apenas 16 registros a mediados de julio de 2024 a 106 en 2025.
El foco mediático y político
La publicación de estos datos por parte del Ministerio del Interior coincide con un momento de especial tensión social en relación con la inmigración. Al fenómeno habitual de la llegada de pateras durante los meses estivales, cuando las condiciones del mar suelen ser más favorables, se ha sumado la preocupante escalada de incidentes xenófobos como los altercados registrados en Torre Pacheco (Murcia), que han puesto el foco mediático y político sobre la gestión de la inmigración.
Estos acontecimientos han intensificado el debate público sobre la inmigración en España, convirtiéndolo en uno de los temas centrales del verano de 2025. El Gobierno español se enfrenta a la compleja tarea de gestionar los flujos migratorios mientras aborda las tensiones sociales que se están produciendo en algunas localidades con alta presencia de población inmigrante. En este contexto, no solo Vox sigue adelante con su intento de asimilar inmigración y criminalidad. En las últimas horas, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo (PP), también ha planteado la expulsión de aquel migrante ilegal que delinca.
Expertos en migraciones señalan que, más allá de las cifras de llegadas, es necesario abordar las causas profundas de estos movimientos poblacionales, así como reforzar las políticas de integración para prevenir brotes de xenofobia. También subrayan la importancia de mantener una colaboración estrecha con los países de origen y tránsito de estos flujos migratorios, como parte de una estrategia integral que vaya más allá del control fronterizo. La disminución global de las llegadas irregulares a España podría interpretarse como un éxito relativo de las políticas implementadas, pero el aumento en territorios específicos como Baleares o Melilla revela que los flujos migratorios se adaptan y encuentran nuevas rutas cuando se intensifican los controles en determinadas zonas.
Ó quina trista e perillosa comèdia ens cau damunt, que les costes de les Balears, joia d’aquestes terres cristianes, s’omplin ara d’una invasió musulmà que, com riu desbordat, porta pateres a cada racó! Segons els savis del Ministeri, el nombre d’aquestes naus infidels creix com plaga de llagostes, amenaçant la pau dels nostres pobles amb llur estranya llengua e costums pagans! Creuen, potser, aquests senyors de la cort, que els illencs, muts com ovelles, acceptaran aquest joc de deixar entrar l’enemic sota el mantell de la falsa caritat? Ó terra santa, com poden els nostres guardians deixar que aquests fills de Mahoma, amb llurs veles roges e cors obscurs, profanin les nostres platges e corrompin la nostra fe? És aquesta una traïció digna de les cròniques més negres, car mentre les Canàries respiren alleujades, nosaltres dansem al so de llur perillós repunt! Que els vents de la cristiandat bufen fort e desvetllin aquests dormilecs, car si no, aviat les torres de les nostres esglésies sonaràn a pregàries d’una lluna creixent, e això, per Déu e per sant Jaume, no ho podrem sofrir!